Es agosto, lo que supone que las pocas noticias que ocurren son magnificadas. No obstante, quizás el vuelo de ayer de JetBlue no haya sido magnificado, pese a que fueron cientos y cientos los medios de comunicación que acudieron al aeropuerto de Heathrow a esperarlo (JetBlue irrumpe en la ruta aérea más rentable del mundo).
El avión (que ven en la fotografía cuando cruzaba la avenida Myrtle, cerca del aeropuerto) era un Airbus 321LR con la matrícula N4022J, que el fabricante entregó a Jet Blue en abril de este año. O sea, estreno de avión. O al menos estreno en una ruta transatlántica.
El avión puede llevar unos 225 pasajeros con la configuración normal. Pero en este caso, la apuesta de Jet Blue es que puede ser negocio volar con 114 asientos de la clase Core, la normal, y 24 de clase Mint, que equivaldría a Business. En el primer vuelo, no había exceso de viajeros: 80 ocupaban los asientos de clase económica y 22 en la cabina premium.
Y esto sólo es el principio porque Jet Blue va a operar desde Gatwick desde septiembre a Nueva York y desde el año que viene también a Boston. O sea que esta sí es la guerra a las grandes y por alguien que sabe cómo hacerlo.
Un periodista del portal Key.Aero viajó en el avión. Chris Sloan, que así se llama, explicó en su artículo que “la atmósfera a bordo fue festiva e informal. Muchos esperaban y temían una fiesta a bordo con mucha ceremonia pero esto no ocurrió. Fue una noche corta, con poco tiempo para dormir.”
El avión aterrizó con cuarenta y cinco minutos de anticipación sobre el horario fijado.
IAG una vez más se queda por detrás, y no es de extrañar BA es un monstruo arcaico que no sabe adaptarse a las circunstancias de los tiempos que vienen.
Las filiales son las únicas que funcionan en este grupo, porque a BA le quitas su puente aéreo con JFK y con Dubái y se acabó la compañía.