La aviación española emerge como una de las más versátiles del mundo, en virtud de su rol protagonista en cada una de sus diversificaciones de nicho. Las iniciativas abarcan desde las regionales como Air Nostrum, Binter o Uep, hasta las que unen destinos secundarios fuera de los grandes hubs. También en el wet lease el país cuenta con una referencia global como Wamos Air, de igual modo que charters tipo Privilege o Alba que se complementan con las dedicadas al Caribe como World2Fly o Iberojet. A ellas cabe añadirles la especializada en vuelos corporativos como Gestair, unido a la especialización de varias en carga demostrada durante la pandemia. Y con todos estos proyectos, junto a las conocidas Iberia, Vueling, Air Europa y Plus Ultra, el sector aéreo nacional demuestra su carácter puntero a escala planetaria.
España brota por tanto como un referente en materia de aerolíneas gracias a una generación de líderes emprendedores como es difícil encontrar en otro país. Álex Cruz, Enrique Saiz o Carlos Bertomeu, así como el tándem Lázaro Ros y Carlos Muñoz, o Jesús Macarrón y Chema Álvarez, se suman a otras caras más conocidas como Luis Gallego, nacido de una fecunda cantera con otros representantes como Javier Sánchez-Prieto, Fernando Candela o Carlos Gómez. También destaca Juan José Hidalgo, quien acoge ahora en su seno a Richard Clark o a Jesús Nuño de la Rosa, del mismo modo que Miguel Fluxá con Gabriel Subías.
El sector aéreo español ha tenido que recurrir a la inventiva de centrarse en nichos con demanda global debido en parte a una falta de estrategia de país denunciada por los principales ejecutivos. Los cielos españoles son operados en su mayoría por empresas de capital británico, mientras el hub de Madrid es el único de entre los grandes de Europa sin una aerolínea principal con un dominio abrumador que le permita un mayor abanico de destinos. Y ello, pese a las bondades estructurales del país para haberse convertido en una potencial mundial en aviación.
El estatus de España como líder mundial de turismo facilitaba un mayor desarrollo aéreo en manos nacionales, de igual manera que lo propiciaba que las antiguas colonias con un mismo idioma estuviera concentradas en una región tras cruzar el atlántico, en lugar de dispersas como les ocurría a otras potencias. Pero la falta de visión pública para promover una fortaleza internacional de aviación ha derivado en que el país haya desperdiciado todas las posibilidades que le allanaban sus virtudes innatas.
El reto histórico de la integración de Air Europa en Iberia
La tradición del país en materia aérea se ha traducido en una generación de pioneros que son muy reconocidos en el extranjero, bastante por encima del peso que tiene España a escala internacional. La inventiva y el rigor de muchos directivos ha llevado a que lessors y financiadores confíen con más frecuencia de la de en otros sectores del talento hispano, cuya cabeza más destacada a nivel empresarial es la obra de un Amancio Ortega convertido a su vez en uno de los grandes clientes de las aerolíneas españolas para llenar bodegas de ropa.
La aviación española afronta ahora el reto histórico de la integración de Air Europa dentro de Iberia para permitir el necesario salto estratégico para el país de dotar a su principal hub de un grupo tan potente como lo son Lufthansa en Fráncfort; British en Londres-Heathrow; Air France en París-Charles de Gaulle, o KLM en Ámsterdam-Schipol. Y por supuesto, el de la sostenibilidad, en cuyos avances España vuelve a erigirse en una de las principales innovadoras a escala global.
Por lo tanto, la consolidación apremia para que España gane tamaño a fin de mejorar su competitividad internacional, para lo cual se hace imprescindible que los gobernantes de una vez escuchen a la industria y luchen por anteponer los intereses generales del país, más allá de ceñirse a dar subvenciones a amigos o a sórdidas low cost extranjeras. Y en la lucha ecológica, resulta necesaria una postura más realista para hacer posibles los objetivos climáticos de todos, que pasan porque los experimentos se inicien en el corto radio.
España, así, como en tantos otros sectores, disfruta de un sector privado en el campo aeronáutico notablemente por encima de su clase legislativa en la materia. El país ha perdido ya muchos trenes y oportunidades, que no han dejado un daño mayor al tejido industrial a su alrededor gracias al acierto emprendedor de una hornada de líderes de primera fila mundial. Así se acredita con que en cualquier lugar que haya que competir, los hispanos suelen imponerse.
Una cosita... Iberia y Vueling no son españolas
La sede social y fiscal de IAG está en Madrid.
Qué pesados sois con el tema! IAG tiene sede en España y cotiza en las bolsas españolas y de Londres. Su principal accionariado, a parte de Qatar airways, son inversores españoles.
La unión es anglo - española.
Se agradeceria un reportaje sobre las empresas y la precaridad laboral y estructural en España del Sector del Helicoptero. Se llevarian una Muy Desagradable Sorpres.
Estoy contigo a costa de explotar al trabajador ,precariedad laboral y para que ganen empresarios y politicos…muchas acabaron quebrando y los directivos sin problemas y los trabajadores cobraron poco y a los dos años …
Ahora se le llama versátil a ser unos negreros. Esto es lo de siempre, competitividad en base a bajos salarios y precarización del sector.