La IATA ha creado la plataforma “Turbulence Aware”, que es una herramienta que compila toda la información disponible sobre estas inestabilidades en el aire que alteran la navegación aérea, mediante un algoritmo desarrollado por el NCAR (National Center for Atmospheric Research) de Estados Unidos, con la participación de 31 aerolíneas. Hace tres años que se está desarrollando este sistema, que se ha puesto en servicio hace apenas unos meses.
Diez aerolíneas están nutriendo el sistema en tiempo real, con sus experiencias de vuelo. “Se trata de un concepto nuevo en la aviación, que le permite a las compañías tomar decisiones sobre qué hacer operativamente con estos datos y buscar procedimientos para evitar estas turbulencias”, declara Katya Vashchankova, encargada del programa meteorológico de la IATA, responsable de este desarrollo. “La iniciativa –añadió– empezó hace tres años cuando algunas aerolíneas nos pidieron compartir datos sobre las turbulencias, resultado de los propios vuelos”.
Todo se basa en un algoritmo que hay que nutrir con datos reales que proceden de los propios aviones. Con esos datos, el sistema analiza dónde están las turbulencias y predice su comportamiento en función de experiencias pasadas, para asistir a otros aviones.
Toda esta operativa fue inicialmente financiada por la FAA del Gobierno de Estados Unidos. Esto permite deducir la intensidad de la turbulencia que puede encontrar un avión, así como otros parámetros útiles para los pilotos. También se estudia la tasa o el indicador de expansión de energía (energy dissipation rate o EDR), que se establece en base a la velocidad del avión, el ángulo de ataque, la velocidad vertical y otros tres indicadores, que ayudan a abordar una turbulencia.
Los informes que proceden de los aviones y se integran en la plataforma se anonimizan para proteger la identidad de las aerolíneas que participan en el programa. Al tratarse de un programa abierto, todas las aerolíneas pueden participar y adaptar los resultados a sus propias plataformas e intereses.
Entre otras, toman parte del programa Cathay Pacific, Delta, United o Aer Lingus. La información puede canalizarse al avión a través del Acars.
Se hecho, hace años se evitaba planificar vuelos a través de las las zonas en las que se pronosticaba turbulencia superior a “moderada” aunque eso implicase aumentar tiempo de vuelo (costes).
Ya no. Ahora manda el dios dinero, ese que no ampara a un comandante que se atreva a cambiar una ruta para evitar que sus pasajeros vayan más cómodos y más seguros si dicho cambio implica aumentar el gasto de tiempo/combustible.
¿5 horas con cinturones puestos? ¡Benditos sean si ahorran 5$!
Son los tiempos que corren, malditos sean, en los que se diseñan todo tipo de sistemas para limitar la autoridad (que no la responsabilidad) de los pilotos.
Así nos va.
Todo ha cambiado, ya no hay pasajeros que busquen seguridad si hay una compañía que te llena por 3 euros...en esa iran. Son los tiempos que nos ha tocado vivir.
Cuando han irrumpido aerolíneas que exprimen al máximo cada céntimo y que son capaces de ofrecerte el vuelo más barato que el taxi al aeropuerto, es normal que el resto de aerolíneas busquen la eficiencia para ser competitivas.
El usuario ha elegido low-cost, y ha forzado a las compañías al low-cost en casi todo.
Es un tema de costes.