La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) muestra los primeros datos que ratifican el preocupante efecto de la guerra en Ucrania en la actividad de las aerolíneas. El gráfico refleja que en las semanas previas al 24 de febrero, la demanda se encontraba en una trayectoria ascendente, con las reservas nacionales acercándose al 90% de las cifras precrisis y las internacionales superando el 50%. (¿Podrá el turismo con la guerra?)
Sin embargo, en la primera semana desde el inicio de la contienda, la demanda cayó 8% en comparación con los siete días previos. Este descenso se observó tanto en las reservas domésticas como en las extranjeras, con un -8% y un -9% respectivamente. (Alerta turística: las reservas ya se frenan por la guerra)
Cómo es lógico, Europa es la principal zona afectada, experimentando un 14% menos de reservas desde finales de febrero. Los mayores desplomes se observaron en los viajes hacia y desde los países del Este.
A modo de ejemplo, Ucrania y Moldavia cerraron por completo su espacio aéreo y registraron reservas netas negativas, es decir, hubo más reembolsos que nuevas ventas de billetes esa semana. Igualmente, en Rusia las reservas disminuyeron un 52%.
El único incremento que se observa desde el estallido de la guerra es el de las reservas de vuelos para la huída de los refugiados ucranianos hacia destinos seguros. Algunas aerolíneas de bajo coste han informado de un aumento de la capacidad hacia destinos de Europa Occidental.
Los datos de IATA también sugieren un crecimiento de la demanda a países con una importante población de expatriados en Ucrania. Por ejemplo, las reservas han aumentado a India, Nigeria, Georgia y Marruecos con salida desde Polonia, Hungría y Rumanía.
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