La marca Iberia se revaloriza en 79 millones de euros, un 35% más

La recuperación de los resultados de Iberia ha traído consigo un aumento del valor de su marca. Según IAG, la enseña de su socia española, este valor se situó en 2014 en los 306 millones de euros, es decir, 79 más que el ejercicio anterior, lo que equivale a un aumento del 35% y anula la “pérdida por deterioro” anotada en 2013.

En la conferencia de los ejecutivos del grupo en la que se presentaron los resultados de 2014, el director financiero Enrique Dupuy reconoció que, durante la crisis de la empresa, la marca Iberia fue “dada de baja. Fue muy drástico”. Ahora, dijo el CFO, “estamos creando valor para la marca (…) Y, en lugar de un valor de cero para la marca Iberia, volvemos a tener un valor de 80 millones de euros”.

El documento presentado ante la CNMV con los estados financieros consolidados correspondientes al año pasado señala que “en 2014, se revertió el deterioro parcial de la marca Iberia de 79 millones de euros”. Y añade que “esto se produce tras la vuelta de Iberia a una posición rentable y la aprobación del plan de negocio de Iberia”.

Con ello, la enseña de la aerolínea presidida por Luis Gallego ha pasado de valer 227 millones en enero de 2014 a 306 millones de euros el último 31 de diciembre. El informe revela así mismo el valor otorgado a Vueling, que al cierre del año pasado era de 35 millones, la misma cifra que en 2013.

Según la propia IAG, para el cálculo se han contemplado los flujos de caja según el plan de negocio de Iberia y éstos “reflejan toda la reestructuración del negocio que ha sido aprobada por el consejo de administración y que puede ser llevada a la práctica por la dirección en el marco de los acuerdos alcanzados con los sindicatos”.

El valor se estima según los royalties (derechos) que tendría que pagar la compañía por usar la marca si no fuera suya, y suele equivaler a un porcentaje de las ventas. Cuando Iberia se fusionó con British Airways en 2010, se la tasó en 212 millones de euros. Al considerarse a la compañía británica como compradora de la española,  a efectos contables solo se consideró necesario conocer el valor de esta última.