Las aerolíneas, que todavía no se han recuperado de los efectos de la crisis sanitaria, afrontan un nuevo problema: el incremento del precio del petróleo. En 2020 ya registraron grandes pérdidas porque compraron menos combustible del que habían negociado y por ello ahora se encuentran desprotegidas al reducir sus necesidades de combustible.
El petróleo puede suponer entre el 20 y 30 por ciento de los costes operativos de las aerolíneas. "Si una aerolínea decide volver a la cobertura, se puede encontrar de nuevo con pérdidas si los precios caen y la demanda de fuel se deprime; sin embargo, si la escalada del petróleo continúa, entonces las aerolíneas quedarán expuestas si tienen pocas coberturas y la demanda sube", señalan los expertos en declaraciones reproducidas por Expansión.
De esta manera IAG, matriz de Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, registró una pérdida de 1.781 millones de euros en 2020 por la suspensión de la contabilidad de coberturas para derivados de combustible.
IAG esgrime un cambio de política y ahora las coberturas se han reducido de tres a dos años. Es decir, en el primer ejercicio está asegurado un 60% en general y en el segundo, solo un 30%.
En estos momentos las aerolíneas tienen poco margen para asumir una subida del petróleo, que se ha encarecido casi un 30% desde agosto y ha multiplicado su precio por cuatro desde abril de 2020 cuando apenas había actividad aérea. Actualmente, el Brent supera los 80 dólares por barril.
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