La crisis política que vive Portugal, que ha culminado con la dimisión del primer ministro, Luis Montenegro, ha provocado la suspensión del proceso de privatización de TAP Air Portugal. Al tener poderes limitados, el gobierno en funciones se ha visto obligado a detener la publicación del decreto-ley que debía formalizar la venta de la compañía, inicialmente prevista para este mes (TAP será vendida antes del verano de 2025).
Según informa El Economista, la privatización de su aerolínea de bandera era una de las prioridades del ejecutivo, pero ahora quedará en suspenso hasta la formación de un nuevo gobierno, previsiblemente tras las elecciones anticipadas de mayo. Según la legislación portuguesa, los líderes actuales deben limitarse a la gestión ordinaria, lo que podría retrasar la operación entre seis meses y un año.
El proceso estaba siendo gestionado por Parpública, el holding estatal encargado de las participaciones públicas, que ya había seleccionado a Bank of America como asesor financiero y a Morais Leitão para la parte jurídica. Sin embargo, el bloqueo político actual complica los plazos. El ministro de Presidencia, António Leitão Amaro, ha reconocido que, aunque el Ejecutivo en funciones podría continuar con los preparativos, la decisión final dependerá de la nueva administración.
Como publicó Preferente, son muchos los grupos interesados en pujar por la compañía, como IAG, Lufthansa y Air France-KLM. La matriz de Iberia y Vueling ha valorado su irrupción para reforzar su posición en las rutas trasatlánticas. De hecho, figuraba entre las favoritas según los expertos. Por su parte, el holding franco-neerlandés también ha mostrado interés, con su CEO, Ben Smith, afirmando que están “listos para presentar su proyecto” (Air France: su argumento insólito para aspirar a TAP).