Turkish Airlines acaba de llegar a un acuerdo con Boeing para ser indemnizada por los efectos de la paralización de la flota de aviones 737Max. Antes había sucedido lo mismo con Icelandair y con Southwest Airlines. Las negociaciones avanzan individualmente, sin ruido, vis a vis. Boeing está contra las cuerdas, pero no crean que las aerolíneas están en mejor situación.
El asunto es grave porque Boeing, según se ha explicado en círculos aeronáuticos y es fácil de comprender, está muy reacia a negociar indemnizaciones generosas. En general está apretando a las aerolíneas y sobre todo les promete descuentos en futuras compras, porque no quiere perder clientes ni poner (mucho) dinero sobre la mesa.
Pero las aerolíneas no tienen muchas salidas. Si una compañía decide enfrentarse abiertamente a Boeing, habrá de ponerse enteramente en manos de su rival, cualquiera que sea el precio. Porque hoy en día, Embraer está en la órbita de Boeing y Bombardier ya no existe y está en manos de Airbus. Los chinos no comercializarán su C919 como mínimo hasta finales de 2021, aunque ya hay seis aviones de prueba volando.
Timaero Ireland es una empresa que alquila aviones. Timaero se ha enfrentado a Boeing. Ha ido a un tribunal en Chicago y ha acusado a Boeing de que la crisis de los 737 es enteramente culpa suya por anteponer el dinero al rigor técnico; afirma que Boeing ha cometido fraude conscientemente y que “ha hecho aviones inservibles” y que ya nadie confía en el 737Max. Y pide 185 millones de dólares en compensación por lucro cesante por los 22 aviones que no ha recibido. Exigencias de máximos.
Todo hay que aclararlo: Timaero, con base en Dublín, es una filial de VEB Leasing, que es propiedad del estado ruso. O sea que no es una empresa típica de mercado.
Los analistas explican qué opciones tiene ahora Timaero: ir a Airbus y decirle que sí o sí tiene que llegar a un acuerdo con ellos. Vaya usted a un proveedor, dígale que no tiene más remedio que comprarle sí o sí y verá qué ocurre con los precios. Simplemente, ha perdido todo el poder negociador que simplemente consiste en tener la libertad de marcharse si no hay acuerdo. Aunque también puede ser que Timaero en realidad ya no necesite esos 22 aviones porque el mercado del leasing ha cambiado radicalmente en los últimos meses y sobran aviones en el mercado, especialmente para cuando se normalice la situación.
Hay otro factor: el servicio post-venta. Boeing tiene mucho interés en ampliar sus servicios e incorporar el mantenimiento futuro de los aviones, lo que ya hacen algunos suministradores de productos de alto coste de mantenimiento. Por eso utiliza todas sus armas para intentar atrapar a las aerolíneas y no perder cartera de clientes que, en definitiva, es de lo que se trata en estos momentos.
Todo, sin embargo, depende de cuándo finalmente vuelva a volar el 737. Algunas aerolíneas ya descartan que pueda volar antes de junio del año que empieza.
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