Air Moldova, la aerolínea nacional de Moldavia, que lleva ya varios años en la cuerda floja financiera, ha suspendido todas sus actividades mientras se reestructura financieramente y retorna, dice en un comunicado (Air Moldova aterriza en Dublín y le quitan el avión por morosa).
La compañía tenía la mitad del tráfico aéreo local, especialmente desde que hace más o menos un mes Wizz Air abandonó el país por razones de seguridad. Air Moldova explica que ahora tiene que captar inversores porque, en última instancia, su problema es falta de dinero para operar. La dirección ha señalado que hay inversores dispuestos a poner 50 millones de euros, por lo que confía en que volverá a operar “en tres días después de la resolución del juez”.
La compañía acepta que en el pasado la gestión no fue brillante.
En su anuncio de paralización de operaciones, afirma que los pasajeros afectados recibirán una notificación de cancelación de su vuelo. En lugar de devolver automáticamente el dinero pagado, “el pasajero podrá solicitar la devolución total del importe del billete, siguiendo las instrucciones recibidas”.
Los antiguos gerentes de Air Moldova se enfrentan a un proceso penal por corrupción, lo cual tampoco en Moldavia es garantía de que esto sea verdad. El juicio se ha venido posponiendo.
No todos los males vienen de ahí: siendo vecina de Ucrania, es evidente que las tensiones han obligado a que su negocio no vaya bien, en parte porque ha tenido que suspender sus vuelos a Rusia, una de sus fuentes de ingresos más importantes.
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