Ustedes habrán oído cómo Ryanair protestó durante meses y meses porque en Lisboa no hay quien pueda volar debido a que la estatal TAP tiene la mayor parte de los derechos de vuelo y no los emplea (Ryanair, en guerra con TAP por el bloqueo de slots en Lisboa).
Así que ahora, cuando TAP ha necesitado dinero público, la Comisión Europea, como ya había hecho con Lufthansa y con Air France (la verdad es que sin mucha lógica), se puso a estudiar qué precio iba a imponerle a la portuguesa a cambio de esas ayudas. Y no tuvo mejor idea que quitarle 18 slots diarios (derechos de vuelo) en el aeropuerto de Lisboa, y dárselos todos a Easyjet, que consolida así su posición de poder en el país.
Hay que recordar que desde siempre Easyjet es muy poderosa en Faro y que en Oporto, mucho más abierto que Lisboa, también cuenta con base y una gran presencia.
Desde el 30 de octubre, o sea de cara a este inverno, la línea aérea británica podrá dar el gran salto operativo en Portugal con estas nuevas rutas.
Por cierto, TAP se lleva 2.550 millones de euros, una cifra descomunal en relación con sus dimensiones, para tapar el agujero financiero que ya venía de antes de la pandemia y que lógicamente no hizo más que crecer.
Margrethe Vestager, la comisaria europea encargada de Competencia, dijo que “Easyjet obtiene 18 slots de aterrizaje y despegue que ahora tenía TAP en el aeropuerto de Lisboa. Esto fomentará la competencia en el sector de la aviación y facilitará a Easyjet su operación en un aeropuerto saturado, ayudando a bajar los precios”.
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El problema de TAP, es la propia dirección, parece que su objetivo final es hundir la empresa. Han pasado de ser una compañia dinámica que cuidaba a sus clientes a una "patera-airlines", donde lo unico que funciona es la "caja registradora". Cambios, cancelaciones, estan a la orden del dia, atención al cliente desastrosa, precios desorbitados, todo esto hace que sus aviones vayan a la mitad. No es raro encontrar filas con espera de varias horas para ser atendidos en el "espacio gold", único punto de atención al cliente presencial de todo el aeropuerto de Lisboa. Resumiendo, TAP, no es una compañia fiable para volar, o al menos para hacerlo con tranquilidad. Por ese motivo, no es de extrañar que se den los slots de la aerolinea de bandera portuguesa a otras compañias.