El pasado 26 de junio, Lufthansa City Airlines echaba a volar. Se trata de una filial nueva del grupo Lufthansa que iba a tener su base en Múnich y dispondría inicialmente de un avión. Hoy ya tiene cuatro. Y hoy también sabemos por qué se creó: para reemplazar a Lufthansa Cityline, también con base en Múnich, que cumple los mismos servicios y que tiene 66 años de antigüedad pero que ha sido condenada a cerrar en un futuro cercano, aunque no se sabe cuán cercano (Lufthansa comprará 40 aviones para su nueva filial City Airlines).
La compañía ofrece a todos los trabajadores de Cityline incorporarse a City Airlines con exactamente las mismas condiciones en todos los sentidos, también salarios. Pero los trabajadores colectivamente han presentado una demanda contra la compañía por el cierre de la filial.
City Airlines va a quedarse con los aviones de Cityline y con toda su plantilla. Y Cityline va a terminar cerrando.
Lufthansa ha explicado que Cityline es demasiado cara de operar y tiene problemas contractuales como que, por el convenio, no puede usar aviones de más de 95 plazas que son insuficientes para la demanda de Lufthansa. El personal pasará a la nueva aerolínea, excepto el de tierra, que irá a otra filial que se va a crear.
Evidentemente, el conflicto está servido porque la plantilla hace tiempo que ve que Lufthansa crea filiales para bajar los costes de los trabajadores.
Cityline había nacido como aerotaxis y terminó siendo la ‘Air Nostrum’ de vuelos cercanos de Lufthansa.
Hay cosas que no entiendo, mayores costes operativos, y no es más sencillo que cerrar, liquidar, pagar, indemnizar y abrir una nueva con las mismas condiciones salariales que seguir con la misma y negociar con los empleados aviones más grandes y quitar la nespresso de las oficinas por poner un ejemplo, porque de seguro que en las nuevas oficinas no habrá nespresso pero en un par de meses os aseguro que si la habrá