La directora general de Air Europa, María José Hidalgo, quien desde hace unos días se encuentra a bordo del barco del empresario Sandro Cristoforetti, anclado en una cala de Formentera, se plantea irse a vivir a Madrid, al menos temporalmente, después del asalto de su casa por parte de tres encapuchados, tal como adelantó en exclusiva la noche del miércoles preferente.com.
Asustada, María José Hidalgo no quiere saber nada por ahora de su magnífica residencia de Puig de Ros, en la bahía de Palma, a la que regresó este verano después de permanecer durante dos años en Nueva York, y así se lo ha hecho saber a sus más íntimos, entre ellos a su anfitrión Cristoforetti, hotelero y concesionario de coches y amigo y socio en proyectos inmobiliarios en Cuba.
En un principio, y de acuerdo con fuentes próximas a la hija del propietario de Globalia, a quien el incidente le ha cogido en República Dominicana, país al que llegó el pasado fin de semana, María José Hidalgo llegó a pensar que los asaltantes pretendían secuestrar a sus hijas, pero en la mañana del jueves le hicieron ver, amigos e investigadores, que los delincuentes no iban a por ellos.
Y es que la Guardia Civil habría descartado el secuestro al poco de iniciar sus pesquisas, además de que este tipo de acciones delictivas son prácticamente inexistentes, por no decir nulas, en una isla, incluso del tamaño de Mallorca, donde los movimientos de los malhechores son más complicados. Los miembros de la Benemérita creen que iban tras los pasos de su hermano Javier Hidalgo.
La hija mayor del dueño y presidente de Globalia ha recibido a la largo de este jueves un sinfín de llamadas de autoridades, políticos, empresarios, directivos de toda España y parte del extranjero --del Caribe hispano sobre todo-- y lógicamente de amigos y familiares, pero no todos han podido hablar con ella, y los que no lo han conseguido le han dejado en su móvil mensajes de ánimo.
Los más allegados consideran que una vez superado el susto acabe regresando a Puig de Ros, o al menos a la casa de sus padres en el Paseo Marítimo de Palma, donde durante una larga temporada María José Hidalgo estuvo viviendo de forma permanente con su último marido y padre de sus hijos, los cuales han vuelto a ser dados de alta en un colegio de la capital de Mallorca.
y que hemos hecho los madrileños para que vengan? Mas peligro tienen los calcetines de Hidalgo que los chorizos.