Compañías aéreas de todo el mundo cambian en un tiempo récord de estrategia para amoldarse al derrumbe histórico de la demanda. Con cifras irrisorias de pasajeros, el transporte de carga se ha convertido en la tabla de salvación para algunas de ellas, sirviendo al menos para minimizar el impacto de la pandemia en sus cuentas de resultados (El transporte de carga, salida de emergencia para aerolíneas).
Según los datos recabados por Boeing, en lo que llevamos de 2020 unas 200 aerolíneas han utilizado más de 2.000 aviones de pasajeros de fuselaje ancho para transportar mercancías en exclusiva. Buscan con ello generar flujo de caja y apoyar las cadenas de suministro de todo el mundo. Estos cargueros improvisados han asumido parte del déficit de capacidad y, en algunos casos, han permitido a las aerolíneas generar beneficios trimestrales a pesar del reducido número de vuelos comerciales (Air Europa Cargo: crece su actividad operando solo en aviones de pasajeros).
El fabricante aeronáutico considera que hay una oportunidad en el negocio del transporte aéreo de carga. Así, pronostica que harán falta 2.430 cargueros adicionales en los próximos 20 años. Dicha demanda se cubrirá con 930 cargueros nuevos y otros 1.500 convertidos a partir de aviones de pasajeros.
Según sus previsiones, el tráfico aéreo de mercancías crecerá un 4% anual en los próximos 20 años. Este incremento estaría motivado por la actividad comercial y el aumento de los envíos urgentes por el auge del comercio electrónico. Con esta tendencia, la flota global de cargueros aumentará más del 60% de aquí a 2039.
Es gracioso porque hace semanas en Iberia se ponían la medallita, que eran muy listos porque convertían A330 a cargueros ante la bajada de la demanda, cuando decenas de compañías lo habían hecho antes que ellos.