Cada poco tiempo, Norse, la low cost noruega de largo radio, dice que se consolida. Y periódicamente dice que en este o aquel mes ha ganado dinero. Preferente se lo ha venido contando. De hecho, lo último que ha dicho es que se queda con los aviones que tenía alquilados a Air Europa, como si las cosas fueran tan bien para necesitarlos (Air Europa dirá adiós a los cinco Boeing 787 alquilados a Norse).
No es así. Ayer salieron los datos de todo 2023 y las pérdidas fueron de 169 millones de dólares, casi lo mismo que en 2022, cuando se dejó 175 millones. Ya supera los 340 millones perdidos (Norse fracasa en Alemania y anuncia que no volará más).
La facturación ha mejorado: ha pasado de 104 a 439 millones, pero de la facturación no se vive, sino de los beneficios. Y eso pese a que el coste por asiento ha caído en una tercera parte de 2022 a 2023. Pero no basta.
Un problema aún importante es que apenas ha llegado a un nivel de ocupación del 74 por ciento de los asientos, que es mucho más que el 62 del año anterior, pero que dista mucho de lo ideal para sobrevivir.
Ahora Norse ha cerrado un acuerdo para alquilar uno de sus aviones, con tripulantes, en régimen ACMI, a Air Peace de Nigeria, para volar entre Londres y Lagos. Ese es un ingreso seguro y estable porque el riesgo lo asume la arrendadora nigeriana.
Los directivos dicen ahora que en 2024 harán las cosas mejor para no tener pérdidas, pero el reloj está girando en su contra. Probablemente el proyecto no resista otro año con estas pérdidas y la compañía tenga que aceptar que no hay hueco para el largo radio de low cost.
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Norwegian o Norse, mismo perro con distinto collar, mismo resultado desastroso.
Los noruegos son granjeros de aviación saben lo justito
Que rabia le tienen aqui a Norse y todo lo que venga de ahí arriba, sin embargo cualquiera de nosotros preferimos sus condiciones laborales. Nos queda mucho que aprender del norte.