Norwegian Air Shuttle, que es el nombre de la sociedad matriz de Norwegian, llegó este domingo en Oslo a un acuerdo con los tenedores de bonos para cambiar la deuda por acciones, en un paso fundamental para que pueda recuperarse y volver a volar. Ahora la compañía debe reunirse este lunes en Junta de Accionistas, reducir el capital de los actuales titulares y ampliar las acciones para incorporar a los acreedores.
Tras esta operación, debe comunicar al gobierno su nueva situación, lo que supuestamente le dará acceso a los 250 millones de euros que aún penden de cobrar.
Jacob Schram, el director general, dijo este domingo que para salir de esta crisis era fundamental este acuerdo con los acreedores.
No obstante, ahora hay que llegar a un acuerdo con las compañías que alquilan los aviones para recuperar la flota, extremo que se considera notablemente menos complicado.
Pese a todo esto, Norwegian no comenzará a volar nuevamente hasta abril del año que viene. En todo este tiempo la compañía únicamente opera una flota de siete aviones 737 dentro de Noruega, en acuerdos que tiene con el gobierno y por los que cobra.
Cuando recupere la normalidad, la compañía afirma que se va a centrar en los vuelos regionales –sin especificar con cuántas bases– y en las operaciones transatlánticas en tres aeropuertos: Gatwick, Los Ángeles y Nueva York, aunque se da por hecho que Oslo será otro de estos puntos.
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