Noviembre, otro mes horrible para las ventas de Boeing, mientras Airbus se aproxima ya a la normalidad. Si el fabricante americano registró un octubre nefasto, con apenas 13 entregas, noviembre fue todavía peor con sólo siete entregas, de los que seis fueron aviones militares.
Por el contrario, Airbus se aproxima a la normalidad. Desde luego, todo apunta a que el último trimestre de este año será el mejor. En octubre Airbus entregó 72 aviones de los cuales 55 fueron de un pasillo y el resto, 17, de dos pasillos. En noviembre la empresa europea no mejoró estos resultados pero tampoco estuvo muy lejos con 64 aviones entregados. Entre os dos meses, sólo uno fue un avión militar.
Las entregas de aviones son importantes para indicar la entrada de dinero porque los aviones se cobran en el momento de la entrega, no en el del pedido.
Hay otro factor de producción que para Boeing sigue yendo mal y, en cambio, va estupendamente para Airbus: el stock. Tener un avión en la factoría es extremadamente costoso no sólo por el mantenimiento sino porque supone dinero inmovilizado. El stock de Airbus, que se acumuló en los peores meses de la pandemia, está reduciéndose a gran velocidad. En el caso de Boeing sobra decir que los problemas son tremendos y que pronto empezarán a reducirse. A día de hoy, la compañía americana tiene unos 500 aviones aparcados en sus dependencias. Esto es un verdadero desastre que generará efectos económicos muy serios, adicionales a los problemas que ya se vienen acumulando.
Después de haber matado a cientos de pasajeros, no merecen nada mejor.