Siempre hay pasajeros que mantienen sus móviles encendidos en los aviones. A algunos esto les parece inocuo, a otros se les olvida. Pero si viaja en Aer Lingus, la compañía aérea irlandesa, es mejor que se lo piensen dos veces. Porque la aerolínea no multa, no persigue, pero después a casa llega una factura tan abultada que los viajeros se acuerdan para siempre de apagar sus móviles apenas entran en cabina.
The Irish Times informa de que varios pasajeros se han encontrado con grandes facturas (del orden de 300 euros) sólo por haber volado en Aer Lingus. La compañía dispone de una antena a abordo, conectada con un proveedor que aplica tarifas sensiblemente más altas que las normales. Si un viajero no desconecta su móvil, cuando el avión empieza a volar, se conecta con esta antena interior, con lo que inevitablemente se pondrá a disposición del proveedor de la señal, la ATT americana, que es la que facturará después a través del proveedor del usuario (Aer Lingus refuerza su apuesta por España con el incremento de sus rutas).
Aer Lingus admite que se aplican estas tarifas, pero que ese dinero no es para ella sino para el proveedor del servicio y que los pasajeros son advertidos al subir al avión de que deben desconectar sus teléfonos, por razones de seguridad. Los vuelos interoceánicos ofrecen servicio de wifi bastante barato, por lo que se emplean estas antenas interiores.
Sin embargo, si los teléfonos simplemente se dejan encendidos, pueden conectarse con la red y generar estos costes. Mientras tanto, las quejas de los pasajeros se suceden, casi siempre porque han dejado sus teléfonos encendidos por error o por descuido, dándose cuenta de ello cuando les llegan las facturas.
Mola
Vaya timo jajajaja