Todo empezó en el techo de una mediocre nave industrial de la periferia de Sydney, en Australia. Allí, alguien con buen sentido del humor, aprovechando que una de las rutas aéreas para el aterrizaje en el aeropuerto de Sydney pasaba por encima de esa zona, pintó un cartel enorme que decía “Welcome to Perth”. Hay dos problemas importantes para el pasajero que va en el avión: por un lado, que estaba volando a Sydney, al este del país/isla, pero mucho más grave es que Perth está exactamente en la otra punta del continente/isla, lo que significa que de ser cierto el cartel, le espera un largo camino. Incluso en avión. Al final, como es evidente, todo era una broma.
Ahora, nuevamente, alguien hace la misma broma, pero en Londres. Y con menos gravedad. O menos mordiente.
En el trayecto hacia el aeropuerto de Gatwick, situado al sur de la capital británica, alguien puso un cartel enorme que dice “Welcome to Luton”. Luton es también un aeropuerto londinense, pero a más de una hora de distancia de Gatwick. Si Gatwick, grosso modo, está a media hora hacia el sur, Luton también está a media hora, pero hacia el norte. De hecho, tanto por la el primero como por el segundo pasa un tren que tarda más de una hora en enlazar los dos aeropuertos, cruzando todo el centro de Londres.
No se sabe quién hizo la broma y tampoco se sabe qué efecto tiene, porque únicamente se han podido leer algunos comentarios en la prensa. Gran Bretaña tiene un inconveniente para estas bromas y es que normalmente está nublado y a duras penas se puede llegar a ver otra cosa que las luces de la pista cuando el avión prácticamente ha tocado tierra.
Vaya chorrada