La única aerolínea internacional que seguía volando a y desde el aeropuerto de Kabul, en Afganistán,anunció ayer que suspende sus vuelos. Ahora no se trata de una cuestión de seguridad sino de dinero: el gobierno de los talibanes, poco habituado a esto del libre comercio, decidió obligar a la PIA a limitar sus precios. PIA, aprovechando su condición de única aerolínea, estaba aplicando precios bastante elevados para lo que supone la distancia entre Kabul e Islamabad, en Pakistán. Los precios impuestos por los talibanes eran los mismos que se cobraban antes de la crisis, lo que ha supuesto que sólo PIA sigue volando.
Pero el remedio, limitar los precios ha provocado la suspensión de la ruta. La dirección de la compañía dice que la ruta estará suspendida hasta que “la situación se convierta en aceptable”.
PIA ha dicho que no acepta la intromisión de las autoridades talibanes, que se han comportado sin la prudencia que exigen los negocios de este tipo. PIA aprovechó para quejarse de que “nuestros vuelos frecuentemente sufren retrasos no previstos debido al comportamiento no profesional de las autoridades aeronáuticas de Kabul”, según el portavoz de la compañía, Abdullah Hafeez Khan.
No debe de ser fácil volar a un país gobernado por los talibanes, según PIA, porque indica que las autoridades frecuentemente se burlan de los trabajadores de la compañía, añadiendo que incluso en una ocasión ataron las manos de un miembro del equipo.
El gobierno pakistaní y el de Qatar son los únicos que tienen cierta proximidad con Kabul, especialmente el primero. Qatar Airways, por su parte, dejó de volar apenas se produjo la toma del poder por parte de los talibanes.
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