Los vecinos de Mosman, el exclusivo barrio de Sídney, en el que tiene su mansión Alan Joyce, el primer ejecutivo de la mayor aerolínea de Australia, Qantas, no dan crédito al ataque con huevos y papel higiénico que sufrió el chalet de su vecino.
Primero se pensó que podría ser alguno de los incontables pasajeros que han sufrido los retrasos interminables de la compañía, después que podría ser obra de uno de los empleados maltratados, fuera por los salarios bajos o por los despidos pandémicos, pero ahora todo se enturbia porque hay otro vecino, que no tiene nada que ver con la aviación, que también ha sufrido los mismos ataques.
Este vecino instaló una cámara para ver al autor y resultó ser una mujer que pintó en la fachada de la casa mensajes diciendo que compró cocaína allí.
Joyce, sin embargo, es ajeno a todo este lío que ya tenía lugar en la urbanización desde antes. Apenas es vecino del lugar desde mayo. Su chalet está junto al puerto y tiene seis dormitorios y otras nueve habitaciones para diversos usos. Los 631 metros cuadrados lo permiten.
Los vecinos se han posicionado a favor del director de Qantas, que no tiene relación alguna con el problema. Uno de ellos escribió en la red lo siguiente: “Soy empleado de Qantas. Pobre jefe, tal vez pueda contratar algún trabajador externalizado para limpiar aquello”. Otro dice que “seguro que encontrará trabajadores baratos para limpiar el chalet”.
Pocas veces un director de una aerolínea consigue involuntariamente que su vida privada se convierta en la estrella de los medios de comunicación. El papel higiénico parece haberlo logrado.
Lógico, tras la Pandemia hay un claro excedente de papel higiénico y de mano de obra barata … por no echarle huevos.
Hay que dar salida a las toneladas de papel higiénico que algunos compraron al principio de la pandemia como si fueran a tener una diarrea permanente duante años