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EDICIÓN ESPAÑA

OPINION

Pepe: 500 millones perdidos

El mundo de la aviación española es de pasiones. Juan José Hidalgo, Pepe Hidalgo, el propietario de Air Europa, es amado u odiado, pero sin término intermedio. El salmantino es un hombre hecho a sí mismo, con pocos escrúpulos y límites, pero un ganador al que siempre acompañó la suerte. Su grupo ha dado bandazos pero siempre ha sobrevivido. Y eso ha sido seguido con la pasión con la que se sigue un culebrón.

Me contaba un alto cargo de Air Europa que allá por el 2001 el grupo había llegado a una situación imposible, que no se podía seguir. Era la ruina. Pero se salvó. La fortuna de Pepe Hidalgo vino de la mano de los atentados a las Torres Gemelas que le permitió cerrar parte del negocio y los sindicatos tragaron, reconstituyendo la estructura operativa. 

Siempre ha sido así: suerte, trabajo y picardía. O más que picardía, quizás podrían decir una visión mediterránea del mundo y de las voluntades.

Pero esta vez sí se que sus enemigos tienen algo que celebrar: se puede decir que Pepe ha perdido nada menos que 500 millones de euros en apenas un año. Más de millón y medio de euros perdidos al día. Desde la oferta de mil millones de 2019 a lo que finalmente se va a llevar, que encima no es al contado, habrán pasado 500 millones de pérdidas, resultado de un puñetero virus con el que Pepe no ha podido. 

Sin embargo, esto es como el vaso, según quién lo puede ver medio vacío o medio lleno. Los que odien a Pepe, dirán que está medio vacío y que ha hecho un negocio ruinoso; los que lo adoran, como el mismo Pepe, estará celebrando que en el vaso aún quedan 500 millones que él no las daba todas porque, un año despúes de la aparición de esta peste, aún estuvieran allí.

Los cobrará en cinco años, pero los cobrará. Y con eso podrá organizar alguna cosa.

 


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    1 Comment
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    Anonimo
    3 años

    Pero en 2001 estaba el al frente y un grupo de directivos que sabían hacer su trabajo. En 2020 esta su hijo y un grupo de directivos enchufados que no se aguantan entre ellos, con una guerra de egos y unas juntas de dirección en que los puñales vuelan. Siempre ha habido discusiones pero lo que van diciendo a quien quiere oírlos, dos directores por los pasillos, el uno del otro y el otro del uno no hace sino dejar claro el ambiente que hay en dirección Uno es un peso pesado de los de siempre, de los que cuida a los suyos y el otro es el advednedizo nuevo enchufado que solo ha creado odio y desazón entre los suyos. Así no se saca a una empresa de la crisis

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