En el mes de junio, Airbus entregó 67 aviones, con lo que acaba el semestre con 323, apenas un 2 por ciento más que el año pasado.
La empresa admite que sigue habiendo muchas carencias de piezas en la cadena de producción y que eso le impide cumplir con sus compromisos. Sin embargo, las cifras del primer semestre apuntan a que por lo menos Airbus sí podrá alcanzar la última previsión de entregas, con 770 aviones en el año.
Sólo en junio, Airbus tuvo 73 pedidos, la mitad de los que ha recibido Boeing en los primeros seis meses del año. En lo que va de año, el Airbus 321neo acumula 181 pedidos, convirtiéndose en el avión de más éxito (Boeing se declara culpable de fraude criminal por el ‘caso 737Max’).
El fabricante europeo tiene ahora el desafío de incorporar la factoría de Spirit, que era su proveedor sobre todo para el A220, antes Bombardier. Spirit fue comprada por Boeing y la factoría de Irlanda se vendió a Airbus por 1 euro, dado que la situación generada con el nuevo propietario habría creado graves incumplimientos contractuales. La incorporación de la fábrica a la empresa es un nuevo desafío en la estructura de producción. Algunas piezas del A350 también se producen en esta factoría (Airbus saca tajada de la venta de Spirit a Boeing).
No obstante, la dirección de Airbus insiste en que los problemas de la cadena de producción se mantienen desde la pandemia y no tienen que ver con lo que ocurre con Boeing.
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