La política la lleva en la sangre. La echa de menos. Y quiere volver. Rajoy se lo ha pedido. Pero para ello el PP tiene que gobernar. Josep Piqué no le ha dicho que no a Mariano Rajoy. O sea, que sí, que aceptaría un ministerio. Y, por tanto, dejaría la compañía Vueling.
No es un rumor ni una especulación. En el Levante mallorquín han estado hablando de ello con sus amigos de la Isla. Piqué y su esposa, Gloria Lomana, la directora de informativos de Antena 3. Y también con los dirigentes de El Mundo y Unidad Editorial, Pedro J. Ramírez y Fernández-Galiano.
Piqué sólo ha puesto, o pondrá, una condición para su retorno a la primera línea de la actividad pública: ser ministro de Economía. Ya estuvo al frente de dos ministerios con José María Aznar: Industria y Exteriores. El de Economía le hace tilín por el reto de sacar al país de la crisis.
El presidente de Vueling está dispuesto a renunciar a un buen puesto y a un buen sueldo. Esta compañía es de las pocas que funciona. O la única, porque todas van a presentar números rojos. Pero siempre y cuando vaya de ministro de Economía, eso le ha dicho a los amigos.
Piqué y Lomana han estado diez días de vacaciones en el Levante mallorquín. Muy cerca dela Costa de Los Pinos. A tiro de piedra, vamos, de la casa de Pedro J. Ramírez. Y en el remanso de paz de Pula ha tenido tiempo para meditar a cerca de su vuelta al complejo mundo de la política.
Pues en Vueling lo ha hecho bien, basta con comparar como están las de su entorno. Parece una persona independiente, ex comunista, y que puede hacerlo bien como ministro de Economía. El drama será encontrar un buen sustituto para Vueling