Para un país medio como es Polonia, es impensable tener un fabricante de aviones propio. Pero tiene ambiciones de posicionarse en un lugar destacado en este sector y eso pasa por lo lógico, entrar en el capital de Airbus, el consorcio europeo.
Además, Airbus tiene ya presencia en cuatro fábricas en Polonia, donde emplea a 800 personas.
El empeño de Donald Tusk, un proeuropeo que gobierna hoy el país, da un paso más con la visita de Guillaume Faury, el máximo ejecutivo del consorcio, quien formalmente va a negociar la venta de aviones pero que podría negociar otros asuntos.
Polonia está en una encrucijada geoestratégica: por encima de todo, tiene pánico de Rusia, pero también teme el cambio de postura de Estados Unidos, por lo que le interesa implicarse al máximo en los asuntos europeos. Precisamente, la visita de Faury tiene que ver con la compra de dos a cuatro aviones A330 MRTT, de recarga de aviones de combate, entre seis y ocho aviones de transporte A400M (fabricados en Sevilla) y veinte helicópteros H145, también de Airbus.
En ese conjunto, se puede negociar la venta de entre un uno y un dos por ciento del capital de Airbus, según admite el fabricante de aviones. En Varsovia hablan de hasta un cinco por ciento.