Brisbane es una ciudad australiana situada en la costa de Oro de ese país. Normalmente, los vuelos desde Estados Unidos se limitaban a los enlaces con Los Ángeles. Incluso en algunos casos, estos vuelos eran estacionales, porque la demanda no era muy alta. Si alguien quería ir a Brisbane, había de volar a Los Ángeles primero. O, por supuesto, siempre estaba la opción de ir a Sídney y de allí a Brisbane.
Ya no más: Estados Unidos vive una ola de ofertas para volar a Brisbane. United lanzó una línea directa desde San Francisco y ahora se anuncia que Delta va también a abrir una ruta y que American ha descubierto la maravilla que es Brisbane y volará desde Dallas.
View from the Wing, un portal americano de aviación, indagó en este súbito interés por Brisbane y descubrió qué ocurre: Queensland, el estado australiano del cual Brisbane es la capital, ha lanzado un programa de subvenciones públicas para las aerolíneas. Durante los próximos tres años, el portal descubrió que Queensland pagará 227 mil viajes y 151 millones por tres años; y que en el caso de American, hay dinero para 140 mil asientos con 113 millones. Y para Delta, 271 mil plazas con 208 millones.
Como ven, en todos lados se promueve el turismo con mecanismos atípicos que no son exactamente de libre mercado.
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