La compañía aérea portuguesa lleva años arrastrándose en los números rojos. Ahora, con el Covid, su situación se asemeja a la de Alitalia: un desastre. Sólo se habla de recortes, despidos, cierres, con lo que la paz social peligra. El Gobierno ha aprobado un decreto por el que se atribuye el poder para suspender todos los acuerdos laborales en vigor, con el objetivo de "mantener viable la empresa", para después despedir unos 2.000 empleados, recortar un 25 por ciento el salario de los que queden y reducir sensiblemente la flota de la aerolínea (TAP: el Gobierno de Portugal asume la gestión de la aerolínea).
El gobierno ha informado a los sindicatos de que va negociar pero que, agotada esta vía, “se despedirá a los trabajadores”. El sindicato de personal de TAP dijo a la prensa que no se les ha aclarado ningún detalle (Portugal estima que TAP necesita 2.000 millones y grandes recortes salariales).
El secretario de Estado de Comunicaciones e Infraestructuras de Portugal, Hugo Mendes, a quien está atribuida la gestión indirecta de la empresa, dijo que “en 2021 habrá espacio para comenzar a negociar los Acuerdos de Empresa”. “Nos dicen que TAP, en 2021, volará un 50 por ciento menos que en 2019. El hecho de que un avión esté parado implica otro tipo de inspecciones que deben realizarse y los nuevos modelos, como ocurre con la mayoría de equipos, necesitan diversas actualizaciones y mejoras”.
La dirección de TAP comunicó que la reestructuración es inevitable. La crisis afecta a TAP, SA, Portugália, SA y Cateringpor, SA, todas de titularidad pública. El 22 de diciembre, el Consejo de Ministros portugués aprobó una resolución que declara estas sociedades en “difícil situación económica”, paso previo para adoptar las medidas pertinentes.
El plan de reestructuración de TAP, entregado en Bruselas el 10 de diciembre, prevé la suspensión de los acuerdos societarios, medida sin la cual, según el ministro Pedro Nuno Santos, no sería posible reestructurar la aerolínea. El documento entregado a la Comisión Europea prevé el despido de 500 pilotos, 750 tripulantes de cabina, 450 trabajadores de mantenimiento e ingeniería y 250 del resto de áreas. El plan prevé también una reducción del 25 por ciento de la nómina del grupo (30 para las personas jurídicas) y del número de aviones que componen la flota de la compañía, de 108 a 88 aviones comerciales.
Rarísimo el porcentaje de despidos entre los trabajadores, así que la noticia no informa adecuadamente.
Denota pues quizá, un Ere con dinero por medio . De otra forma no se entiende despedir a no muchos menos pilotos que azafatas , casi los mismos mecánicos y prácticamente nadie de oficinas , tierra ...( que es el grueso de una compañía aérea ) .
Algunos tal vez debierna mirar a nuestros vecinos, empresa con problemas, medio, o sin medio, nacionalizada que emprende el camino que otras que creían cantar victoria pueden seguir más pronto que tarde, claro que como todo el mundo sabe para Portugal su ex-compañía de bandera no es estratégica teniendo en cuenta que no hay otra en el país y no como en éste.