Las acusaciones contra Rusia por el supuesto ataque a un avión civil azerí, que se saldó con la muerte de 38 personas y 29 supervivientes, han sido desmentidas por el gobierno de Moscú, con bastante poca efectividad en Occidente. Los expertos mantienen sus acusaciones.
Rusia lleva días luchando desesperadamente contra los drones ucranianos que asedian su territorio, lo que podría explicar el ataque al avión azerí.
Muchas organizaciones han alertado a la aviación de los riesgos de sobrevolar zonas cercanas a Rusia, por el peligro de sufrir ataques por parte de los sistemas de defensa aérea rusos.
Las evidencias de estos ataques están en los vídeos del Embraer 190 caído a tierra, que muestra orificios propios de material antiaéreo, comentó Matt Borie, un experto militar. Se sigue sospechando que fue el control aéreo ruso el que envió al avión ya dañado a Kazajistán, en lugar de permitirle aterrizar en Grozni.
Dimitry Peskov, portavoz del Kremlin, indicó a la prensa que no procede hacer conjeturas mientras se investiga, negando los hechos que serían “infundados”. El portavoz del Senado de Kazajistán también dijo que no es el momento de hacer conjeturas.