Ryanair ganó entre abril y junio 188 millones en términos netos, aunque estos beneficios de su primer trimestre fiscal de se quedaron a un 23% del resultado del mismo periodo de 2019. Los gastos por combustible se le dispararon un 30%, pero para el trimestre entre julio y septiembre, tradicionalmente el mejor para el sector, "se encuentran por arriba del pico del verano de 2019 en un porcentaje de doble dígito bajo", o sea, superior al 10%.
Los ingresos de la aerolínea irlandesa se multiplicaron por siete respecto a los de 2021, con 2.601 millones de euros, con un récord de 45,5 millones de pasajeros transportados, y una ocupación que ya supera el 90%, mientras la cifra de negocio fue un 12% superior a la de 2019.
Ryanair tiene asegurado el precio del 80% de combustible que usará a lo largo de su ejercicio fiscal, que terminará en marzo de 2023, y el 30% del siguiente. Además, ha explicado que sus tarifas en este trimestre subieron respecto de 2021, pero que se situaron un 4% por debajo de 2019. "La invasión de Rusia sobre Ucrania dañó las reservas de Semana Santa y Pascua", razona la low cost.
Ryanair mantiene sus previsiones para su ejercicio fiscal 2023, de 165 millones de pasajeros, lo que supondría pulverizar en un 11% el récord pre-Covid. La aerolínea consiguió reducir su deuda neta a menos de la tercera parte, de los 1.450 millones de junio de 2021 a los 400 millones actuales, y en dos año espera enjugarla completamente. Su deuda bruta es de 5.050 millones, pero dispone de caja por 4.640 millones.
Algo deben hacer bien estos irlandeses