Nadie sabe cuándo se puede volar a Francia o por encima de Francia sin riesgos de que una huelga obligue a cancelar la operativa. La semana pasada, cientos de vuelos tuvieron que ser anulados por los paros no anunciados que esta vez afectaron al aeropuerto de Beauvais y, como siempre, Orly (Ryanair: 300 cancelaciones por una huelga que no existió).
Ryanair, harta de esta situación, ha exigido a la Comisión Europea que actúe de inmediato o que haya dimisiones por incapacidad para tomar decisiones. Ryanair acusa a la Comisión presidida por Von der Leyen de no haber hecho nada en estos cinco últimos años. La aerolínea irlandesa exige que se protejan los sobrevuelos, como ocurre en España, Grecia o Italia, por ejemplo; demanda que se permita a los controladores aéreos de los países vecinos que puedan encargarse del cielo francés cuando haya paros en este país y que se exija a los controladores someterse a laudos independientes en sus conflictos con las autoridades.
La novedad es que esta vez Ryanair pide dimisiones, lo cual es irrelevante dado que precisamente ahora acaba el mandato de esta Comisión Europea.
No obstante, como es fácil de adivinar, este conflicto entre el Gobierno francés y sus controladores tiene una antigüedad casi de la misma dimensión que el propio control aéreo y nadie piensa que se pueda producir una corrección en un futuro cercano.
Años llevan asi. Carcel.
Pues es justo que se haga, asco de gentusa