Pocos momentos más indeseables que aquellos en los que los ‘trapos sucios’ que han en todas las casas quedan a la vista del mundo. Es lo que está pasando estos días ante el juez irlandés Senan Allen, miembro de la High Court de Dublín, que está estudiando la demanda de Ryanair contra Peter Bellew, su director de operaciones, que firmó un contrato para marcharse con Easyjet. Este miércoles, probablemente, Bellew explicará su versión.
Según publica The Irish Times, O’Leary, el todopoderoso jefe de Ryanair, declaró este martes que le había encargado a Bellew que su función era controlar la puntualidad, la gestión del handling, la contratación de pilotos y una auditoría que estaba haciendo la IATA en las operaciones de la compañía. “Cada semana aparecían problemas con asuntos que le habíamos encargado a Bellew y que no estaba cumpliendo”, dijo O’Leary al juez.
Añadió que los equipos que dependían de Bellew acudían a O’Leary, su superior, para contarle que Bellew no estaba tomando decisiones. Bellew, hay que recordarlo, salvo un periodo de tiempo en Malaysian Airlines, dedicó toda su vida a Ryanair. Y fue precisamente O’Leary quien lo llamó para que regresara (Juicio de Ryanair contra su segundo ejecutivo por dejar la aerolínea).
O’Leary explicó al juez que el 5 de noviembre de 2018 le escribió un memo a Bellew diciéndole que no estaba cumpliendo con su trabajo. El punto más importante es que O’Leary señaló que Bellew había firmado un acuerdo que le impedía irse a un competidor durante 12 meses. En ese momento se le dieron opciones de acciones en la compañía (Ryanair demanda a su ejecutivo que se ha marchado a Easyjet).
O’Leary y Ryanair están empeñados en impedir que Bellew se vaya de inmediato a Easyjet, empresa que lo ha contratado pero con la que colisionar este documento que impide a Bellew entrar en la competencia antes de doce meses de dejar Ryanair.
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