SAS cede sus mejores aviones para sobrevivir

Probablemente usted tenga alguna memoria borrosa de cuando SAS recibió su último avión Airbus 350, con el que la compañía pensaba comerse el mercado. Olvídese, eso es pasado. La que otrora fuera la gran aerolínea escandinava, está adelgazando a toda prisa, por lo que piensa devolver diez aviones al menos, para reducir costes (El escandaloso impacto de la huelga de pilotos en una SAS al límite).

Todas las operaciones que se le ocurren a SAS para sobrevivir son públicas porque las tienen que comunicar al juzgado americano en el que está tramitando su bancarrota acogida al Capítulo 11 de la ley americana, que le permite no hacer pagos hasta reestructurarse (SAS suspende pagos).

Entre los aviones que va a abandonar se encuentran dos Airbus A350-900, los últimos y más modernos, tres A330-300, también de fuselaje ancho, y después, ya de corto y medio radio, tres A320neo, un A321 y un Boeing 737-700.

Con respecto a una buena parte de la otra flota, no habrá cambios visibles, pero sí jurídicos: los aviones, que en su mayoría son de su propiedad, serán vendidos a los alquiladores para, a continuación, arrendarlos de nuevo. O sea que no habrá diferencias en la operación, pero sí en las cuentas: la compañía ingresará el valor de los aviones, pero después deberá pagar por usarlos.

Por otro lado, SAS ha alquilado sus dos aviones de pasajeros de fuselaje ancho A350-900 de 2,6 años de antigüedad al arrendador japonés Fuyo General Lease. Tiene acuerdos de arrendamiento de tres A330-300 con la empresa china Bocomm Leasing, tres contratos de arrendamiento con el grupo irlandés SMBC Aviation Capital para A320-200 y otro con el japonés Itochu para el avión A321-200 de 20,9 años. La aerolínea también tiene un contrato único con Irish AerCap para el arrendamiento de su avión Boeing 737, de 20,5 años de edad.

SAS tiene actualmente una flota de 111 aviones, de los cuales posee 20, pero una vez que se haya realizado los ajustes, probablemente operará menos de cien aviones, con prácticamente ninguno de su propiedad.