Johan Lundgren presentó unos resultados económicos muy positivos, con beneficios de casi 750 millones de euros en el año de septiembre a septiembre, un 34 por ciento superiores a los del año pasado. Y acto seguido se despidió porque dejará el cargo en manos de Kenton Jarvis, el actual director financiero (Easyjet: “Seremos los que más creceremos en 2024”).
Los beneficios de este año, los segundos mayores de la historia de la compañía, son un buen momento para pasar el testigo, sobre todo tras años en los que Easyjet no parecía funcionar muy bien. Su recuperación tiene dos bases: por un lado, la más importante, es el negocio central, la aviación, que se ha disparado y del cual compañía ha sabido sacar partido. Por cierto, la llegada de los aviones comprados a Airbus demuestra cómo tanto Lundgren como su antecesora en el cargo acertaron mientras que su primer accionista y fundador, el griego Stellios Haji Iaonnou, se equivocaba cuando en la pandemia exigía romper el contrato con Airbus.
El segundo fundamento del éxito de Easyjet es el turoperador, Easyjet Holidays, que, sin ser tan exitoso como el de Jet2, está creciendo constantemente tanto en términos de volumen de negocio (aumento del 36 por ciento) como de beneficios (aumento del 56 por ciento). Para este ejercicio la aerolínea espera incrementar un 25 por ciento el número de clientes del turoperador.
En conjunto, el grupo tuvo una facturación de 9.300 millones, un 14 por ciento más.
Una verdadera pena su marcha porque en su mandato EasyJet ha recuperado el rumbo perdido.
Vamos a ver cómo lo hacemos desde ahora.
Una verdadera pena sobretodo para aquellos que fueron despedidos y para todas esas bases que se cerraron.
Quizás el que no está bien eres tú,las bases no eran sostenibles y lo primero es que la empresa sea rentable y así poder asegurar el trabajo a los demás,
Gracias que se va este esperpento de CE0 bueno para nada, que se vuelva a su añorada TUI y no vuelva, aunque el que viene es la misma m