Un juez federal de Estados Unidos decidió bloquear la compra de Spirit Airlines por parte de JetBlue. Inmediatamente, la compañía ha visto cómo sus acciones caían un 53 por ciento, en una demostración de que no tiene mucho futuro sola. El grupo que hubiera nacido sería el número cinco en la aviación americana (Estados Unidos se opone a la compra de Spirit por JetBlue).
Los argumentos de la justicia son que la compra supondría una reducción de la competencia y un incremento de los precios de los billetes. Las dos afectadas, por el contrario, decían que sólo juntas podían competir con las grandes.
La operación, evidentemente, sigue sin ser entendida por parte de los inversores que revalorizaron ayer las acciones de JetBlue una vez se conoció la decisión judicial.
La operación tiene su historia: JetBlue intentó adquirir Spirit, la aerolínea más conocida por ser ultra low cost, pero Frontier Airlines se metió en la negociación e hizo una puja importante. En general, los inversores consideraban que Frontier y Spirit hacen una mejor pareja. Pero de forma sorprendente, JetBlue mejoró su oferta de forma espectacular, hasta los 3.800 millones de dólares.
Desde el primer momento se consideró posible, aunque no probable, un veto judicial a la operación. El juez aduce que el crecimiento de JetBlue la convertiría en una compañía aérea más, alejada de sus históricas políticas de precios bajos.
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