La compra del 10% de Telefónica a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha sido acogida con recelo tanto por parte de la oposición política como de algunas firmas financieras por su intervencionismo. No obstante, sigue así el patrón de una Europa que blinda sus empresas estratégicas, pues Francia, Alemania e Italia aumentaron sus participaciones en telecomunicaciones y energéticas tras la pandemia y la guerra.
La vuelta pública al capital de la operadora como primer accionista, tras su completa privatización en 1997, coincide con ser también el Estado español el mayor inversor en las empresas del Ibex 35, con una de cada cinco firmas que cotizan en el selectivo con presencia del accionista estatal, como Indra, con un 27,99% que vale 700 millones de euros; Redeia, 20% (1.635 millones); IAG, 2,52% (200 millones); Enagas, 5% (220 millones), y la propia Telefónica, con un 10% (2.070 millones).
Sin embargo, las dos mayores participaciones públicas son la de Aena, en la que a través de Enaire posee un 51% con un valor de 12.560 millones de euros; y la de CaixaBank, en la que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) mantiene un 17,3%, valorado en 4.900 millones, fruto del rescate de Bankia. Fuera del Ibex, el mayor tesoro de la SEPI es el 4,12% de Airbus, valorado en 4.540 millones, seguido de Ebro Foods, de la que controla el 10,36% (243 millones).
Además, la SEPI posee una amplia cartera de empresas no cotizadas y cuya gestión controla completamente como Navantia, Enresa (20%), Tragsa, Hispasat (7%), Alestis (24%), Agencia Efe, Correos, Hunosa, Mercasa, Enusa, Ensa, Sepides, Mayasa, Saeca, Cetarsa, Epicom, Hipódromo de la Zarzuela y Cofivacasa.
En Francia, Emmanuel Macron ha renacionalizado el coloso eléctrico EdF, y ha convertido al Estado en el primer accionista de Air France. En total, el Estado francés participa hoy en 85 empresas, entre ellas la telefónica Orange o la automovilística Renault (15,01%), mientras Alemania mantiene participaciones industriales en energéticas, telefónicas, banca, aeropuertos y toda una serie de empresas que considera estratégicas, sumando acciones en 117 compañías y fondos especiales.
El Gobierno de Giorgia Meloni, en contraste, ha vuelto a hablar de privatizaciones en Italia, y se da por segura la venta del 41% de ITA Airways, nacida de la liquidación de la vieja Alitalia, a la alemana Lufthansa, aunque según El País, el verano pasado aprobó la vuelta del Estado, aunque minoritaria, a Telecom Italia (La venta de Ita a Lufthansa, a un paso de la luz verde).
En el caso de Iberia, una vez absorba a Air Europa, se darían varias de las características que explican la presencia estatal en el accionariado de ciertas empresas, como ser de sectores estratégicos, y a su vez oligopolios con pocos actores a fin de no distorsionar demasiado la competencia, y justificando así ante las barreras de entrada la necesidad de un apoyo público ante las crisis (Iberia formaliza la solicitud de compra de Air Europa).
Pero si se sigue esta lógica, en casos en los que el mercado al mismo tiempo puede satisfacer la oferta de servicios, cabría contemplar la venta de una participación en la alta velocidad de Renfe, aunque no de todo el operador ya que en las distancias medias aún no hay competencia.
Sin embargo, la venta de una participación minoritaria de Aena se ha demostrado positiva para mejorar los aeropuertos en España, incluso pese a tratarse de un monopolio de infraestructura de transporte como también lo es Adif. Sin embargo, la titularidad absoluta del Estado en el capital de Paradores, ante un sector tan atomizado, aconsejaría al mismo tiempo una apertura a inversores privados, al menos parcialmente.
Así, IAG, Renfe, Adif o Paradores cuentan con argumentos para convertirse en temas de debate sobre la idoneidad de la presencia pública en su capital, y el grado de participación más aconsejada en cada caso, a fin de homologar las motivaciones que se siguen en las políticas de propiedad del Estado en empresas de sectores estratégicos.
Las empresas estratégicas deben tener control estatal, no puede ser de otra manera.
Por otro lado, la privatización del 49% de AENA solo sirvió para perder dinero, es una empresa con muchísimos beneficios, y prácticamente se regaló en su peor momento. Lo mismo que pasó de hecho con la privatización de Telefónica en su momento.
Porque Telefónica fue privatizada "a dedo" . Y se espera que se bien nacido es ser agradecido. Y telefónica siempre ha sido pro gobierno de turno.
Por otro lado llamar estratégica a Air Europa sólo fue la farsa para darle "a dedo" unos prestamos pitufeados para eludir el control de Bruselas a una empresa, defraudadora, de un empresario amigo del gobierno. ¿Su coartada? Que era estratégica (cuota de mercado menor fácilmente reemplazable) y que se salvaban miles de puestos de trabajo (cuando se trata de cumplir convenios o Estatuto de trabajadores ya no le importan tanto).
En fin, como en Argentina, el dinero público no es de nadie y el Gobierno lo hace suyo. ¿Las pérdidas? Para el pueblo. 50 años de bancarrotas. Camino de ello vamos.
hasta q tras meter a vagos y amigos dan pérdidas, entonces nos acordamos de lo bien q estaban privatizadas. Tu te acuerdas de volar de pequeño? o llamando por telefono desde las 9 la noche?
Busca un poco y mira a ver q ministro socialista queria vender Iberia por 100 pesetas.
pues acuerdate porq .
Telefónica salió a Bolsa a unos 19€. Hoy cotiza a 4,64. No veo el regalo por ningún sitio, Pepe
A buenas horas, mangas verdes.???
Ahora, el Sector económico “liberal”, descubre que existían empresas “Estratetegicas” -patrimonio de tooodos los contribuyentes españoles de décadas que hoy descansan ya en Sagrado- que NO pueden caer al albur de poderes geo estratégicos en manos de capitales gobernados por Países de dudosa trayectoria democrática y respeto a los derechos humanos y que pueden tomar al Nuestro cómo ficha de mahjong, poner hiyab a la comunicación informativa de la “verdad” y sacar a las calles a los comisarios políticos del pueblo … “nos faltó tiempo para privatizar Rtve”.
Arrastraremos por el lodo a los responsables del desaguisado -todos y de todos los colores- o seguiremos con las piñatas y mariachis cuando proceda para distraer a la ciudadanía de lo “importante”.???
El problema es que privado suele ser sinónimo de eficiente y público es sinónimo de chiringuito ineficaz y coladero de dinero del contribuyente. Efectivamente hay empresas que son estratégicas y cuyo,control idealmente debería recaer sobre los estados. Lamentablemente como en España el dinero público no es de nadie pues pasa lo que pasa.
Air Europa SI es estratégica, solo en impuestos, impuesto de sociedades, irpf de empleados, seguridad social, tasas de pasajeros, tasas de combustibles, tasas de sobre vuelo, Iva etc etc ha contribuido y contribuye con cientos de millones de impuestos al año, sin hablar de los beneficios indirectos del flujo de pasaje.
Que su propietario sea un estafador, que dejó la caja seca justo antes de la peor crisis de la aviación dejando la compañía en pelotas antes de empezar y luego vaya pidiendo limosna al PSOE sin tocar su patrimonio es otro cantar, pero estratégica si que es.
Es pena que yo trabajando en el sector privado no haya experimentado esa eficiencia,de tres empresas dos ya o existen la tercera ,la he abandonado en crisis y con un futuro pendiente de terceros he tenido mala suerte
Te acabas de contestar. Si es ineficiente y no cuadra cuentas, cierra. No continúa viva de manera artificial. He dicho eficiente, no inmortal.