Han salido los resultados de TUI del último trimestre, pleno invierno. No son malos si se mira la serie histórica de este momento del año. El grupo esencialmente es un turoperador, una división de aerolíneas, una línea de hoteles, una de cruceros y varias de áreas innovadoras. TUI ganó dinero, poquísimo, sobre todo en esto último, crucero e innovación, pero ha vuelto a perder con sus aerolíneas, por mucho que el balance negativo se haya reducido a la mitad (Los cruceros y las low cost salvan las cuentas de Tui).
Las compañías aéreas de TUI siguen siendo fundamentalmente la británica y la alemana, más flotas más reducidas en el Benelux y en Escandinavia. Mientras prácticamente todas las aerolíneas del mundo hoy ya están ganando dinero, gracias a un 2023 absolutamente irrepetible, TUI apenas consiguió bajar unas pérdidas de 195 millones de euros de 2022 a los 96 de este trimestre. Hay que tener presente que, como todos los mayoristas, la flota está dimensionada para el invierno, acudiendo a contratas en verano (la canadiense Sunwing, por ejemplo).
La aerolínea de TUI atiende los requerimientos del grupo al que pertenece. No hay que engañarse, porque ya ocurría con Thomas Cook: es posible que estas pérdidas en realidad sean una forma de esconder las del turoperador principal porque el grupo es posible que imponga a la compañía aérea precios por debajo de los del mercado, disimulando de esta forma la mala situación de la rama mayorista.
TUI, en todo caso, ha dicho que la fuerte reducción de estas pérdidas se debe al paulatino incremento de los precios de los billetes aéreos.
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