Un avión A320 de Easyjet que hacía el vuelo entre Edimburgo y Ginebra, con 157 pasajeros, estuvo a segundos de estrellarse en el famoso lago de la ciudad. La catástrofe se evitó porque los controladores desesperadamente advirtieron al piloto que comprobara la altitud que, efectivamente, era demasiado baja.
El vuelo tuvo lugar el pasado 5 de noviembre, pero la noticia se acaba de conocer ahora, publicada en Tribune de Genève.
Según los datos que circulan, el avión se aproximaba a la pista 22 del aeropuerto local cuando se hundió en altura, incluso 1500 pies por debajo de lo establecido. La distancia del agua llegó a ser de apenas 750 pies (228 metros), pero aún a unos 12 kilómetros de distancia de la pista. Según la trayectoria que llevaba el avión, en apenas 30 segundos se habría estrellado.
Ahora está en marcha una investigación y se ignora las razones por la cual ocurrió esta situación de riesgo.
Los pilotos reaccionaron de inmediato, aumentaron la potencia de los motores, remontaron el vuelo y suspendieron la maniobra de aproximación para volver a intentarlo minutos después, ya en condiciones completamente normales.
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