El 5 de agosto hubo una tormenta de verano en Calgary, Canadá, donde WestJet tiene su principal base aérea. Se produjo una granizada de consideración. Al finalizar, la compañía aérea inspeccionó con horror lo que había pasado con sus aviones que estaban en los aparcamientos del aeropuerto.
La conclusión y los detalles de qué ocurrió fueron hechos públicos el pasado día 14: 16 aviones, todos ellos 737, deben ser revisados en profundidad porque no están en condiciones de volar. Por ende, WestJet ha iniciado las cancelaciones de vuelos porque no tiene aeronaves en reserva, por lo menos en tal cantidad.
El director de la compañía afirmó que lo que hay que hacer requerirá varias semanas, sin especificar exactamente cuántas, aunque obviamente algunos aviones empezarán a volar casi de inmediato.
En estos días WestJet está cancelando unos 50 vuelos diarios, pero la compañía indica que este es el máximo porque en breve algunos podrán retornar al servicio. Las reparaciones se han iniciado por aquellas unidades que tienen menores daños y puede volver al servicio a la mayor brevedad.
Hasta este fin de semana, WestJet ha cancelado 600 vuelos, afectando a 20 mil pasajeros.
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