Los trabajadores de la planta de Mirabel en Quebec, Canadá, originalmente de Bombardier y ahora de Airbus, han convocado una huelga que consiste en trabajar a reglamento, en rechazo a los contratos propuestos por la propiedad (Airbus, a sus clientes: habrá retrasos en las entregas de aviones).
Responden así al plan de Airbus de subir los salarios en una medida que no compensa los aumentos de precios de los últimos años, según argumentan. El trabajo a reglamento responde, además, a la petición de Airbus de escalar la producción de este avión a 14 unidades al mes, para que llegue a dar beneficios.
El avión producido en Mirabel reemplaza en la práctica al A319 y su segmento atiende la demanda de 150 viajeros por unidad.
Mirabel emplea unos 1.200 técnicos, que son los que han convocado la protesta. Según indican, los mismos trabajos ahora exigen bastante más tiempo, lo cual equivale a retrasar la fabricación de los aviones. Los sindicatos dicen que la propuesta de la empresa fue rechazada por el más del 98 por ciento de la plantilla.
Las negociaciones entre los sindicatos y la empresa se mantienen y las reuniones se suceden casi a diario. Esta plantilla es de Airbus desde 2018 cuando el grupo europeo se hizo con este negocio de Bombardier.
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