Irak ya no es lo que era: hoy hay un poco de calma, no está en guerra civil interna y su economía está empezando a reconstruirse. Su aerolínea, Iraqi Airways (IA), tiene algún horizonte, por lo que sus directivos están intentando dirigir el camino.
Una de las medidas más urgentes es vender los dos Boeing 747 que tiene aparcados en el aeropuerto tunecino de Tozeur-Nefta. Los aviones, desde luego, no son a estrenar. Ni siquiera son de segunda mano. El primer, el 747SP con matrícula YI-ALM fue fabricado en 1982 y entregado al gobierno iraquí en ese momento. Desde 1991, cuando la primera guerra del Golfo, el avión está en Túnez. El segundo avión, también un 747, pero 200, con la matrícula YI-AGP, también salió de fábrica en 1982 y voló para la aerolínea hasta 1991 en que quedó en el mismo aeropuerto tunecino.
Los aviones se venderán mediante subasta, la cual tendrá lugar el 16 de agosto. El precio de valoración contable no llega al medio millón de dólares. Los aspirantes a comprarlo han de poner el 20 por ciento del precio si quieren pujar.
No parece fácil que los aviones puedan volver a volar tras tantos años fuera de servicio. El aparcamiento no iba acompañado de las medidas de protección habituales en estos casos.
Iraqi Airways introdujo como aviones grandes el 787; como medianos, el 737 Max y como pequeños, el A220.
Para lo único que servirían sería el desguace. Una lástima, con pocas horas de vuelo, pero ese antecedente de 30 años en tierra, no veo posible que levanten vuelo. Y tampoco por su valor, pírrico, sería salvación económica para I. A