Wizz Air, la low cost de Hungría, prevé que este año tendrá unos ingresos de entre 350 y 450 millones de euros, muy lejos del abanico inicialmente previsto de entre 500 y 600 millones. La diferencia provocó casi al instante una caída del 18 por ciento en su valor bursátil, el mayor desplome desde la pandemia (Terremoto en Wizz Air tras años de pérdidas).
No obstante, Wizz Air tiene una explicación verdadera para tal problema: su necesidad de paralizar hasta 50 aviones a la vez para reparar los fallos en sus motores Pratt & Whitney. Y el problema, encima, puede durar dos o tres años más, avisó su máximo ejecutivo.
Wizz Air ha gastado más de lo que toca porque para no perder los clientes de sus rutas más populares ha alquilado aviones con tripulación, lo cual ha supuesto un gasto notable, por lo que sus resultados no se espera que vayan a ser buenos. El fabricante de motores deberá asumir parte de estas pérdidas, pero los problemas son muy graves.
Joszef Varadi, el máximo ejecutivo, dijo que las cosas parecen mejorar y su previsión es que a final de este verano se supriman los alquileres de aviones, con lo que el impacto económico se reducirá.
Pavel novotny y tamas bodiric pilots