Hace algo más de un año, un piloto de Wizz Air sacó de Leópolis (Lviv) uno de los aviones que la guerra había atrapado en el aeropuerto de la ciudad. El aparato A320 con matrícula HA-LWS huyó de Ucrania en plena guerra. El vuelo partió del aeropuerto Danylo Halytrskyi de Lviv, voló muy bajo, y llegó a Katowice, en Polonia. Wizz Air reducía así el impacto de la guerra en su flota, pero aún quedaba lo peor, otros tres aviones, todos Airbus 320, estaban y siguen aún en el aeropuerto Sikorsky de la capital. Tienen matrículas HA-LWY, y llegado en un vuelo procedente de Italia; HA-LPJ, y procedía de Alemania; y, finalmente, el HA-LPM, cuyo origen había sido Hungría, el país en el que Wizz Air tiene su sede social. (Wizz Air vuelve a volar a Ucrania como si no hubiera guerra)
Ahora apenas faltan cuatro meses para cumplirse dos años de guerra y los aviones siguen en Ucrania, al menos sin daños materiales. Pero también con algunos cambios en su situación. Según reveló József Váradi al Corriere della Sera de Milán, en Italia, de los tres, uno está intacto, esperando poder volar. Los otros dos, no. Empleados de la aerolínea les desmontaron los motores, cuatro en total, y se los llevaron a Occidente por carretera. Están ahora en Polonia y se prevé que en un momento futuro se puedan colocar en otros aviones que tuvieran problemas.
Los aviones de Wizz Air que ‘duermen’ en Ucrania han sido dañados. Así como el aeropuerto donde están los depósitos de Antonov, el fabricante, fue atacado, el Sikorsky, donde operaba Wizz Air no ha sufrido daños. Un avión sigue intacto, aunque no se sabe si no requeriría una revisión antes de volver a ser operado. Los otros dos no están en condiciones de uso, porque ahora carecen de motores.
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