El sector del turismo francés ha reaccionado con dureza contra el impuesto anunciado por la ministra francesa de Medio Ambiente, que gravaría todos los vuelos que parten de Francia (excepto vuelos de conexión, o que parten de Córcega e islas de ultramar) con una tasa para financiar con ella sobre todo la red ferroviaria (Francia aprueba un impuesto sobre la aviación comercial desde 2020).
En primer lugar, la patronal de la aviación privada francesa fue contundente: lamentamos que el gobierno haya sido sensible “a la agitación de una opinión pública mal informada” dijo Jean Pierre Sauvage, su presidente. El transporte aéreo, añadió, es “la única industria que está haciendo un progreso constante para reducir sus emisiones".
El único que se compromete con un acuerdo global en un acuerdo internacional en el que Estados Unidos y China son partes, el acuerdo Corsia, que prevé una reducción del 50% en las emisiones para 2050” y, pese a ello, se le sanciona.
La otra patronal del sector, la Fnam, se pregunta si “el gobierno quiere la muerte del transporte aéreo francés, con más impuestos contrarios a su desarrollo, y desdiciendo el compromiso de los ministros Borne y De Rugy. el pasado junio, para introducir las tasas a nivel europeo para evitar distorsiones excesivas de la competencia intraeuropea”.
El principal afectado, la compañía líder en Francia, dijo que “este nuevo impuesto penalizará fuertemente la competitividad de Air France, mientras que la compañía necesita fortalecer su capacidad de inversión para acelerar la reducción de su huella ambiental, particularmente en el contexto de la renovación de su flota”.
“La decisión del gobierno es aún más incomprensible, ya que este nuevo impuesto al transporte aéreo financiará modos de transporte que compiten con la aviación, incluido el transporte por carretera, y no la transición energética en el sector aéreo. Tal transición podría haber sido facilitada por el apoyo al establecimiento de vías de biocombustibles sostenibles”.
La Unión de Aeropuertos Franceses dice que “esta nueva tributación dañará principalmente la conectividad aérea de Francia, aunque en Europa, Francia, se ubicó en la cuarta posición detrás de España, Alemania y el Reino Unido.”
Por unanimidad, el mundo del turismo lamenta que el gobierno haya cedido a la demagogia de un movimiento de odio del avión y de las empresas de viajes, para concluir que “los profesionales franceses del turismo militan por un planeta sostenible”.
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