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Madrid. 22/2/10.- El negocio de Michael O’Leary, presidente de la aerolÃnea irlandesa Ryanair, la low cost lÃder en Europa, triunfa a costa de estar siempre en el filo de la navaja. Sólo asà puede jactarse de que su compañÃa tiene las tarifas más bajas.
Escudándose en la filosofÃa del bajo coste y buscando nuevas fórmulas de ahorro, Ryanair lleva al lÃmite a sus aviones, tripulaciones y procedimientos de vuelo, según han denunciado fuentes de la industria aérea citadas por elmundo.es. Todo acompasado por negocios adicionales en torno a la aerolÃnea. Entre ellos, las subvenciones que recibe de algunos gobiernos autonómicos –sobre todo, en España–, a cambio de llevar turistas, o la compra-venta y el leasing de aeronaves.
Pilotos de otras compañÃas testimonian abusos cometidos por la aerolÃnea en los aeropuertos españoles. Según ellos, en Madrid un avión de Ryanair es capaz de embarcar a los pasajeros y cargar combustible a la vez. Nadie se lo impide, pese a vulnerar las normas de seguridad. Pero lo más grave es que la aeronave está aparcada en una zona que cruza un vial de doble sentido, lo que obliga a poner en marcha una coordinación especial para embarcar por parte del personal de tierra de la compañÃa, que no existe.
También en Madrid, dos tripulantes acceden a uno de sus aviones con tarjetas personales expedidas por Aena habilitadas para abrir las puertas de embarque. Ningún tripulante de otra compañÃa posee estas tarjetas.
Aeropuerto de Reus: en enero, un avión de Ryanair que cubrÃa el vuelo Alicante-Zaragoza se desvió a Reus –su aeropuerto alternativo– por la adversa meteorologÃa. La tripulación declaró emergencia porque el avión iba corto de combustible. ¿Cómo es posible que fuese al lÃmite de queroseno cuando debÃa llegar a Zaragoza?
En cuanto a sus tripulaciones, tanto comandantes como copilotos deben tener el curso de calificación de vuelo ya realizado, evitando asà a la compañÃa financiárselo. Esta formación cuesta entre 15.000 y 18.000 euros, en función del tipo de avión.
Los tripulantes de cabina (azafatas) deben pagarse su formación y sus contratos suelen ser de seis meses, a renovar en función de la venta a bordo que realicen, según confirman fuentes cercanas a la aerolÃnea.
En el caso de los pilotos, Ryanair recurre a brokers para conseguirlos. Se trata de empresas de trabajo temporal que proporcionan pilotos. Las fuentes advierten, incluso, de que cuando un avión sufre algún incidente y la tripulación tiene que dormir fuera de casa, los trabajadores deben costearse el alojamiento y la comida.
Por otro lado, Ryanair estudia seriamente la posibilidad de cobrar al pasajero por usar el baño del avión. Una nueva tasa que aspira a sumarse a las que ya están en vigor. La compañÃa promociona billetes a cero euros, pero después cobra, con creces, cualquier movimiento del pasajero.
Ante la compra de un billete, contempla nueve tasas. Primera, facturación en lÃnea, es decir, pagar por realizar el check in a través de internet. El viajero deberá abonar cinco euros si hizo la reserva on line o 10 euros si la realizó a través de una agencia de viajes o en el aeropuerto.
Segunda, tasa de tramitación. Ryanair cobra cinco euros por pasajero y vuelo, que justifica como costes asociados a su sistema de reservas. Tercera, una tasa de prioridad de embarque de entre cuatro y cinco euros.
Cuarta, una tasa por llevar un bebé a bordo. Aquellos viajeros que lleven a un niño menor de dos años tendrán que sumar al precio de su billete 20 euros. Quinta, una tasa por equipaje, que dependerá de si el pasajero factura una o dos maletas, de no más de 15 kilos cada una. Si se trata sólo de una, el coste será de entre 15 euros en reserva on line y de 35 euros en reserva por agencia. Con una segunda maleta, el precio asciende a 35 y 70 euros respectivamente.
Sexta, tasa por exceso de equipaje: 20 euros por kilo que exceda el peso de la maleta. Séptima, una tasa por emitir el billete en el mostrador de facturación del aeropuerto. Es decir, aquella persona que no lleve la tarjeta de embarque en mano, impresa en casa, tendrá que pagar 40 euros.
Octava, una tasa de modificación de vuelo de entre 25 (reserva on line) y 55 euros (reserva por agencia). Y novena, una tasa de cambio de nombre del titular del billete. En este caso, el coste será de entre 100 y 150 euros. Con este escenario de fondo, los billetes de Ryanair ya no son los más baratos.
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