La división de Viajeros de la compañía estatal Renfe ha perdido más de 76 millones de euros entre enero y junio de este año, lo que supone un aumento del 27% en sus números rojos respecto al mismo período del año pasado. Suya es la mayor parte de las pérdidas registradas por todo el grupo Renfe, que ascendieron a 127 millones de euros en el semestre.
Renfe Viajeros, una de las cuatro sociedades en las que se dividió el organismo público, es también la que mayores ingresos ha reportado. Éstos han crecido un 6’3% y han superado los 1.293 millones. A pesar de ello, el Ebitda ha descendido casi un 22%, hasta los 87 millones, a causa de un repunte de 9’2% en los gastos. En este capítulo ha influido el canon pagado a Adif, que se ha incrementado un 25% (332 millones).
El AVE y los trenes de Larga Distancia han facturado 600 millones, un 5’8% más, mientras que la división de Cercanías y Media Distancia se ha mantenido con 354 millones de ingresos. Ambas áreas han sido subvencionadas con 303 millones de euros del Estado durante el semestre inicial de 2014, al cubrir líneas de servicio público.
En paralelo, Renfe Fabricación y Mantenimiento ha reducido un 14% sus pérdidas desde enero, hasta 15’4 millones, y ello a pesar de haber facturado un 49% menos. También son inferiores los números rojos de Renfe Mercancías, que se han situado un 20% por debajo de los de 2013, tras subir un 10% sus ventas.
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Renfe para salir del bucle de pérdidas necesita remodelar con profundidad sus dirigentes, e iniciar una gestión participativa y potenciar a sus profesionales con ideas imnovadoras, creando una empresa moderna que premie la eficiencia y la eficacia desechando la prioridad de la dependencia o relación política de turno.