Ya es cuestión de días que el Gobierno de Portugal, presidido por el conservador Pedro Passos Coelho, selle la venta de los últimos activos que le quedan, entre los que se cuentan la compañía aérea TAP y los aeropuertos del país. La decisión de desinvertir de todas las joyas estatales proviene del anterior ejecutivo luso, dirigido por el socialista José Sócrates, que prometió a la ‘troika’ (Unión Europea, BCE y FMI) deshacerse de estas empresas, recalca El País.
Entre este jueves y mañana se puede conocer ya el futuro de TAP. El empresario Germán Efromovich, a través de su sociedad Synergy Aerospace (del consorcio Synergy Group), que ya controla la compañía Avianca, es el que tiene todos los números para quedarse con la aerolínea portuguesa por unos 350 millones de euros, una oferta que los sindicatos consideran insuficiente.
Si se cierra el acuerdo, deberá hacerse cargo de 1.200 millones de deuda de la aerolínea. A cambio, no obstante, se hará con el mando de una línea aérea con una posición privilegiada para las conexiones entre Europa y Latinoamérica. TAP tiene una flota de 55 aviones y unos 9 millones de pasajeros anuales.
En el sector aéreo está próxima también la venta de la compañía pública ANA Aeroportos de Portugal S.A., por la que pujan cuatro grupos extranjeros: de Francia, Alemania, Brasil y Argentina. Su precio de salida es de 2.500 millones y no tiene deuda. Solo la francesa Vinci ha propuesto pagar 3.000 millones por ella.
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