El Gobierno de Estados Unidos ha aprobado una ley de unas mil páginas que cambiará profundamente el funcionamiento de la aviación en el país, revolucionando esta industria en diversos planos. Se trata de la ley de la Administración Federal de la Aviación que el presidente Trump acaba de firmar, precisamente al tiempo que otros temas concentran la atención pública, algo inevitable con este presidente.
El Congreso americano tramitó la ley con amplio apoyo, de forma que no se trata de una de las conocidas maniobras de Trump para llamar la atención. Pocos medios americanos, y no hablemos europeos, se han hecho eco en profundidad, como probablemente merece esta ley.
Lo que más se ha destacado es lo que la ley no incluye: por ejemplo, no se limita el derecho de las aerolíneas a cobrar por el equipaje. Pero, pese a esto, hay muchos otros cambios.
En primer lugar, prohíbe que las aerolíneas puedan echar del avión a un pasajero que ya ha embarcado. Muy importante: establece que la Administración fijará un ancho y extensión mínima del espacio de los asientos, obligatoriamente aplicable; fija el tiempo mínimo de descanso del personal de cabina entre turno y turno; convierte en ilegal transportar animales en los compartimentos superiores de las cabinas; prohíbe legalmente a los pasajeros hacer llamadas de voz durante los vuelos incluso aunque la compañía ofrezca cobertura para los móviles.
Prohíbe los cigarrillos electrónicos en los aviones; obliga a las aerolíneas a devolver el dinero a los pasajeros por todos aquellos servicios por los que hayan pagado y no hayan recibido; exige del gobierno que determine si las aerolíneas mienten o engañan cuando afirman que un vuelo ha sido retrasado por razones meteorológicas y si hay otras razones para el retraso; se permite a la FAA que pueda legalmente exigir que las mujeres embarazadas embarquen antes.
Crea un grupo para estudiar el acoso sexual entre los empleados de la aviación; agrava las sanciones por alterar el trabajo normal del personal de cabina; indica a la FAA que determine si permite o no los aviones supersónicos sobre el espacio aéreo americano, hoy prohibidos; se permite a las autoridades derribar drones privados si se considera que son un riesgo; se permite que se trabaje en la regulación de vuelos regulares para el reparto de paquetes con drones como pide Amazon.
La ley también regula el futuro: se autoriza la creación de una red de puertos espaciales, desde donde volar más allá de la atmósfera terrestre y, en este interminable listado de cambios, también se crea una figura parecida al defensor del viajero, que recibe las quejas de los viajeros.
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Interesante ejemplo de cómo industria, consumidores y administración pública pueden trabajar juntos para mejorar el presente, poniendo al día la regulación, y anticipar los cambios que ya son previsibles a medio plazo.
La reparcheada ley de Navegación Aérea española es del año 1968. Será muy buena.
la Ley 48/1960 de 21 de Julio sobre Navegación Aérea, todavía vigente, es una excelente Ley venida a menos por las diferentes modificaciones realizadas a lo largo del tiempo y la aplicación de bodrios como la Ley de Seguridad Aérea desarrollada por el mismo elemento que modificó algún artículo de la primera dejando en el Limbo al Comandante de la aeronave. Elemento que estos días está dando explicaciones en el Senado por ciertos asuntillos.
Y la L.N.A. es una excelente Ley simplemente porque prácticamente es la transcripción de Convenios Internacionales desarrollados por auténticos profesionales de la materia sin sucumbir a populismos.
Desgraciadamente ha fallado la aplicación debido a que los encargados de ello siempre han tenido una especial interpretación del termino autoridad competente. Suele ser que en nuestro país quien ocupa el puesto entiende que debe mandar en lugar de servir.
Como botín de muestra aquí nos encontramos a un par de foreros que alaban la nueva ley americana que como curiosidad incluye la prohibición de las transmisiones por teléfono a pesar de que la tecnología ahora ya es segura. Pues fíjate, igual que lo hacia la L.N.A. hasta que los listillos de turno lo encontraban molesto.
Ahora que ese punto donde se prohibe desembarcar a un pasajero demuestra que los redactores de esta nueva ley también sucumben al populismo. Echa por tierra incluso algún Convenio Internacional firmado por U.S.A. y va a traer cola. Al tiempo.
1960
Hoy existe en la mayorìa de los paises un verdadero caos, regulaciones que no sirve, abusos constantes por parte de las aerolìneas,ya no hay diferencia en como se transporta el equipaje y los pasajeros.