2018: los alemanes viajaron un 7,1% más pese a que su economía está estancada

En España, cuando hablamos del turismo alemán, solemos quedarnos con una pregunta: “¿Cuántos vendrán este verano a España?” Sin embargo, sería mucho más razonable preguntarse si este año 2018, que dista mucho de ser un buen año para la economía europea y alemana, el viajero de ese país, el primero de Europa en poder adquisitivo y volumen, ha seguido saliendo del país. Y la respuesta es que nuevamente 2018 ha sido un año de récord, aunque no necesariamente hayan viajado a España como en 2017.

Este año, las ventas de viajes en Alemania crecieron un 7.1 por ciento, según un estudio de mercado. Los portales digitales han tenido crecimientos superiores al 10 por ciento, mientras que las agencias de viajes físicas se quedaron en el 4 por ciento. Los viajes organizados –los paquetes– han vuelto a batir récords, según la patronal de agentes de viajes, DRV, que celebró su congreso en el sur de Italia, destacando los productos dirigidos a nichos limitados de mercado.

La evolución del mercado en Alemania ofrece mucha información importante para el sector turístico español: este año, el gran crecimiento lo tuvieron los touroperadores especializados, aquellos que no son generalistas y que tienen productos muy trabajados y minoritarios. Entre ellos, naturalmente, están los cruceros, negocio que sigue creciendo de año en año.

Como sabíamos, este año Turquía es el destino estrella con un alza del 60 por ciento –apunta a que en 2019 también lo será–, por delante de Túnez (+80 por ciento, aunque partía de niveles muy, muy bajos), Egipto y Grecia (+20 por ciento). A España, como era lógico, le ha ido peor. Los agentes de viajes y los touroperadores acusan a los hoteleros españoles de no ser flexibles en el precio y causar su mal resultado.

Los agentes de viajes explicaron que los excelentes resultados comerciales no se han traducido en una mejora de beneficios similar, debido a que ha sido un verano especialmente caótico para la industria de la aviación y que, como consecuencias de los retrasos y cancelaciones (Eurowings, la filial de Lufthansa parece haber sido la primera responsable de estos conflictos), ha habido muchos gastos inesperados, que van directamente contra los beneficios.