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EDICIÓN ESPAÑA

Este sistema aún en pruebas proporcionó la información de Ethiopian Airways

Aieron: los aviones estarán comunicados durante 24 horas

La red de satélites se ha creado para evitar que nunca más pueda ocurrir un drama como el del vuelo 370 de Malaysian, que jamás fue encontrado
Iridium ya ha puesto en el aire una buena parte de los 66 satélites que cubrirán todo el planeta y en tierra se recoge la información procedente de ellos

Apenas cayó el avión de Ethiopian Airways, Flightradar24 hizo públicos los datos de que disponía, resultado de haber seguido al avión, como a muchos otros, mediante las señales de radar de diversos países. Pero de esas imágenes no se podía sacar nada concluyente, aunque eran compatibles con el desastre de Lion Air.

Días después, sin embargo, el gobierno canadiense y horas después el americano paralizaron los vuelos de Boeing 737 Max, porque disponían de nueva información. Son los datos de Aieron. Aieron aún no está operativo, pero las pruebas que se están haciendo permitieron ver cómo iba volando el B737 de Ethiopian Airlines y, desde luego, no dejaban lugar a dudas (Este es el dato que obligó a paralizar el Boeing 737 Max).

Aieron es la respuesta al mayor misterio de la aviación reciente: la desaparición, aún sin aclarar, del avión de Malaysia Airlines, vuelo 370, al que se le pierde el rastro poco después de despegar del aeropuerto de Kuala Lumpur con destino a Beijing. ¿Cómo puede ser que en este tiempo de tanta tecnología, un avión del tamaño de un Boeing 777, pueda desaparecer sin más?

Efectivamente, hasta ahora, los radares no son útiles a partir de los 250 kilómetros de distancia del radar más cercano o entrados en el mar.

Los aviones, además del radar, pueden ser localizados por el sistema ADS-B (Automatic Dependent Surveillance-Broadcast). Este es un sistema que permite determinar el lugar y la velocidad de un avión y lo radia periódicamente. Esta información puede ser recogida por mucha gente, entre ellos los aficionados a las cuestiones de aviación, y crear redes como Flightradar24. Este es un sistema muy útil porque no hay que hacer nada: cada poco el transponder envía la información y listo. Pero no hay cobertura global porque, aunque la información se envía constantemente, no hay receptores en muchas zonas, como en el mar.

Esto era el pasado, porque dos organizaciones, Iridium Communications, una empresa especializada en satélites, y Nav Canadá, el organismo que lleva el control aéreo de este país, y algunos otros socios más, crearon una compañía que se llama Aieron. El objetivo de Aieron es crear una red de satélites tan tupida que permita captar con la máxima fidelidad los datos del ADS-B. Si en lugar de tener receptores en tierra para estas señales, se tienen en el espacio, entonces la cobertura es totoal. Y no sólo es total, sino mucho más fidedigna.

Iridium ya ha puesto en el aire una buena parte de los 66 satélites que cubrirán todo el planeta y en tierra se recoge la información procedente de ellos.

Iridium en realidad tiene mucha experiencia en estos de las comunicaciones porque sus satélites son los que permiten la telefonía móvil por satélite, que ya lleva más de una década en servicio.
Aieron no sólo va a servir para identificar los aviones con precisión sino también para el tráfico marítimo que tenían problemas similares. En este caso, Aieron trabajará para Exactearth Ltd, una compañía que se dedica a seguir barcos por el mundo. La idea de Aieron –土 de NavCanadá–・va un poco más allá porque se imaginan el negocio de operar con los controladores de tráfico, sin necesidad de que estos utilicen las redes de radares actuales.

Aunque el caso del avión de Ethiopian nos ha iluminado sobre el proyecto, en realidad todavía falta tiempo para que todo esté operativo porque aún no están todos los satélites pero, sobre todo, porque faltan certificaciones. No obstante, los datos son fiables y de extraordinaria calidad.
El accidente del avión de Ethiopian tuvo lugar en una zona con cobertura de receptores de ADS-B, pero la cobertura era bastante pobre, de forma que no fue posible una correcta reconstrucción del trayecto. En cambio, los satélites captaron la señal perfectamente, sin fallo alguno.
Se trata, efectivamente, el fin de situaciones de incomunicación como las que han conducido al drama interminable del avión de Malaysian Airlines.


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