El domingo, antes del hundimiento bursátil, el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, compareció en una cadena de televisión BFM24. Le preguntaron por la situación de Air France y fue claro: “La empresa puede desaparecer. Que les quede claro a todos, el estado no vendrá al rescate de Air France y enjugará las pérdidas”.
El pánico se adueñó de Francia, porque el país no desea seguir el camino de Italia con su aerolínea y, porque, la imagen internacional está en juego. Tal es el escalofrío, que los sindicatos, que siguen haciendo comunicados virulentos, no han vuelto a convocar nuevas huelgas y han pedido a la dirección de la compañía que se siente a negociar, aunque ahora el problema es que tras la dimisión de Janaillac, no hay nadie al frente.
Después de Francia, el país del mundo en el que siguen las noticias de Air France con más detalle es Holanda. Su compañía, KLM, está unida con Air France, por lo que la caída del 40 por ciento del valor bursátil desde enero, más del 10 desde el domingo, les afecta directamente. Los sindicatos dijeron ayer que no ven manera humana de deshacer la alianza accionarial con Air France, porque como es evidente, en Holanda lamentan el día en el que se fusionaron con la francesa. El matrimonio tuvo lugar en 2004. Aunque KLM no pierde dinero, sigue siendo la menor de las dos asociadas. La francesa transportó el año pasado 51.3 millones de viajeros mientras que la holandesa sólo 32.7. Pero las distancias son más de fondo, porque mientras en Francia hay huelgas contra los pedidos de recortes económicos, los sindicatos holandeses sí aceptaron un plan de reducción de nóminas. Incluso hoy, los pilotos holandeses no ocultan su descontento con sus colegas franceses porque consideran que no se implican en el futuro de la compañía, como sí han hecho ellos.
Para entender con un poco más de detalle el caos de Air France, hay que recordar que, a diferencia de Italia, la compañía (es decir, la sociedad Air France-KLM) no es del Estado. El gobierno sólo tiene el 14 por ciento de las acciones de la compañía, lo cual es significativo pero en absoluto es mayoritario.
En medio del caos, Air France hizo públicos los datos económicos del primer trimestre del año: pérdidas por 269 millones de euros, lo cual es virtualmente catastrófico, sobre todo comparado con otras compañías y teniendo en cuenta que KLM sí va bien y que en buena medida compensa el agujero de Air France. KLM ganó 60 millones.
En estos momentos, todo el mundo centra su atención en el conflicto laboral que tiene Air France, que le genera millones de euros en pérdidas diarias, pero sus problemas van más allá. Lo dijo la ministra de Transportes, Elisabeth Borne, en la radio: “Estoy preocupada por el futuro de Air France porque la compañía es menos competitiva que su socia, KLM, y que otras aerolíneas europeas”. Ese es el nudo gordiano: hace años que es menos competitiva y, por ende, pierde todas las guerras comerciales.
Veamos: en el ámbito doméstico, Easyjet, Vueling y hasta Volotea se han llevado una parte sustancial de los vuelos interiores franceses, en detrimento de Air France y Hop, su filial (observen que Ryanair prácticamente no tiene presencia en Francia). En el ámbito internacional, Air France es la única que no parece reaccionar ante la entrada de Norwegian en sus mercados y, con menor intensidad, de Level. Y, aunque no se repare en ello, Air France lleva mucho tiempo sin acometer las necesarias renovaciones de flota, por falta de la suficiente liquidez. Esto, en el momento en el que empieza a subir el precio del combustible, es muy problemático porque la compañía no se beneficia de los ahorros que suponen los bajos consumos de los aviones más modernos. Si Lufthansa y British están muy retrasadas en flota en relación con las grandes operadoras del Golfo Pérsico, por ejemplo, Air France aún está peor y hoy se antoja muy complicado que recupere el tiempo perdido.
El próximo 15 de mayo se reúnen tanto la Junta de Accionistas como el Consejo de Administración de la compañía y se espera que se tomen decisiones importantes.
Estos prefieren que quiebre antes de negociar.vaya sindicatos, con super huevos pero con poco cerebro.
Alialia no es de propiedad estatal...ya está quebrada, está en administración controlada esperando que decidan el nuevo comprador
Algun comentario a cerca de la politica de fragmentacion que han llevado los directivos hasta conseguir eso millones de perdidas?
Air France nunca la dejarán quebrar. Y la pagaremos todos los uropeos. Cualquiera quebraría menos los franchutes, y ese es el miedo que arrastran los holandeses de KLM. Culpa de ellos por creer que llegarían a liderar el grupo.
Comentario muy inteligente. Air France es un monstro de otra escala que KLM.
La verdad es que las perdidas de Air France se explican principalmente por las tasas de aeropuerto en Francia (las mas alta de europa). Impuesto que cobra el estado frances....
Por eso los ministros frances son pocos eticos, prefieren dañar al grupo que reconocer que la falta de competitividad es principalmente vinculado a impuesto demasiado altos (son liberal pero solo cuando les convienen)
Nadie va a dejar q Air France cierre, pero el pulso sera fuerte. No la típica amenaza de una compañía aérea de “o hacéis lo que se os dice o cerramos” y todos como perritos a bajarse los pantalones.
En eso de bajarse los pantalones ya tiene una gran experiencia Iberia, para perritos ya tenemos un gran ejemplo en África.
Que aprendan los trabajadores de AF de los de Iberia. Hay que bajarse los pantalones a tope ante la amenaza de que te cierran tu compañía. Luego los directivos tras el “ saneamiento “ consiguen carromatos de acciones por valor de millones de euros. Si no cedes , incluso la justicia corrupta apoyará el cierre y te dejarían en pelotas.
Luego es muy sencillo, cuando de empresas de suficiente tamaño como para influir en politicuchos, justicia .... se trata , en lo último que has de confiar es el lo justo, ni la ley ni los procesos judiciales , simplemente se ha de recurrir a lo que ellos utilizan , la fuerza , la violencia.
Pero claro , eso da miedito al pueblo y excusa su miedo agarrándose a suspiros y esperanzas judiciales.
La ley de la selva impera y como siempre gana el más fuerte.