Alitalia: ¿ganará dinero tras 22 años de pérdidas?

Finalmente, el Gobierno italiano ha presentado un plan para rescatar a Alitalia de la quiebra en la que se encuentra desde hace dos años y medio. Sin embargo, nada hace pensar que el plan sea viable y pueda devolver a la aerolínea a la rentabilidad, casi olvidada en esta empresa, que lleva ya veinte años perdiendo dinero. Los expertos, en general, consideran que la operación probablemente sea otra forma de aplazar un final cada vez más inevitable. Hay que recordar que Alitalia lleva años pasando por crisis como esta, siempre resueltas con soluciones inviables.

¿Por qué este plan no es serio?

En primer lugar, porque afecta a la compañía pública de ferrocarriles (Ferrovie dello Stato) que aportará unos 350 millones de euros y al operador aeroportuario y de autopistas, Atlantia, que también aportará la misma cantidad. Además, participa el estado italiano, con 150 millones y la aerolínea americana Delta, que pone 100 millones.

Observen el poderoso papel del estado directamente o a través de Ferrovie dello Stato, para comprender que los criterios no mercantiles siguen presentes. Eso puede afectar a los gestores, pero seguro que afecta a los sindicatos que saben que pueden presionar directamente al gobierno en busca de respuestas satisfactorias a sus reivindicaciones.

En segundo lugar, Atlantia, propiedad de la familia Benetton, no tenía aparente interés en Alitalia hasta que, sorprendentemente, se sugirió que si prestaba este servicio al país (o sea al Gobierno) quizás podría quedarse con las autopistas que le querían retirar tras el derrumbe del puente Morandi, en Génova. Un auténtico escándalo que en Italia siempre es eclipsado por otra noticia aún más grave.

En tercer lugar, el propio plan presentado no termina de convencer porque el plan supone retirar las rutas deficitarias reemplazándolas por otras necesarias. Y tiene que desarrollar sinergias con los ferrocarriles, ofreciendo billetes únicos, con servicios de calidad conjuntos. Esto es bastante difícil de conseguir. De hecho, prácticamente ninguna aerolínea opera algo así y, cuando lo hace, no es muy rentable.

El plan de Alitalia supondría mejorar las cifras de 2018, cuando perdió 500 millones de euros (un millón y medio al día, con una mejora importante respecto de 2016, cuando las pérdidas fueron de dos millones diarios). La intención es que las pérdidas en 2020 sean de 185 millones, de 148 en 2021 y, por fin, llegar a los beneficios en 2022, con 53 millones de euros. Esto, de ser cierto, supondría que Alitalia, habrá estado perdiendo dinero durante 22 años consecutivos. ¿Pero es realista?

El problema es más serio si pensamos que Alitalia no está sola en el mercado y que Europa está siendo, a nivel de vuelos internacionales de largo recorrido, el campo de tres grupos: IAG, Lufthansa y Air France-KLM. ¿Qué puede hacer allí, en líneas muy disputadas, una compañía como Alitalia, sin dimensión? El año pasado, Alitalia transportó 21 millones de pasajeros, mientras que todos sus rivales, incluso las low-cost, superan de largo los 100 millones.

¿Qué hace Delta dentro del capital de Alitalia? Los expertos consideran que la única razón por la que entró fue evitar que la compañía acabara en manos de Lufthansa. Pero nada más. No le interesa para nada el mercado europeo y menos aún el local, italiano.

Así, pues, el plan presentado para salvar Alitalia genera más dudas que elogios. Lo único seguro que se puede decir es que, habida cuenta de lo poco que duran los gobiernos en Italia, es probable que la compañía sobreviva a la siguiente campaña electoral y, por lo tanto, ya será un problema pero para el siguiente gobierno.